La energía solar como fuente de desarrollo en Latinoamérica

360.000 puestos de trabajo en Brasil y la instalación de 7.000 MW de energía solar en México, ya son una realidad como lo serán los 10.000 nuevos empleos previstos que ofertará Perú por mencionar algunos de los logros conseguidos y por conseguir a corto plazo desde la industria solar en América Latina.

Hablamos de grandes saltos en períodos de entre 5 y 10 años considerando que hasta ahora la industria de la energía renovable y en concreto la solar, ha tenido un desarrollo prudente. Pero hoy en día sabemos cuál es el camino a seguir y que la reforma energética mundial tiene a estas energías como protagonistas, por lo que el desarrollo de las industrias se va a multiplicar exponencialmente en los años venideros.

Latinoamérica es uno de los paraísos para el boom de la nueva era energética. Prueba de ello es que en la última década la región ha pasado de los 60 MW de energía solar fotovoltaica instalados, a contar con más de 20.000 que se reparten principalmente entre Chile, Argentina, México y Brasil, los grandes inversores en energía fotovoltaica que están dando ejemplo al resto de países en esta faceta de desarrollo energético y de buena sinergia entre empresa privada y flexibilidad política.

Para todas las regiones del mundo la energía solar fotovoltaica es una fuente de energía limpia y de las más baratas para producir electricidad, lo que la ha llevado a ser la fuente más confiable en cuanto a economía y sostenibilidad para liderar el mercado, además de que promueve el acceso a la energía a todo el espectro social y a las regiones geográficamente más complicadas.

Brasil lidera actualmente el mercado de la fotovoltaica y obtuvo unos excelentes resultados en los precios de las subastas energéticas, incluso después de la pandemia, ayudado por los PPAs que impulsaron la capacidad instalada. Argentina también apuesta fuerte en el cambio energético pero en palabras de Marcelo Álvarez, Presidente de la Cámara Argentina de Energía Renovable (CADER), Argentina tiene todavía una enrevesada burocracia y tarifas energéticas en extremo desiguales haciendo que el tiempo de amortización de los equipos no siempre sea el adecuado y los resultados en comparación con las expectativas dan valores diferentes estando todos dentro del mismo marco legal.

Pero también es cierto que los sectores como el bombeo de agua, el almacenamiento de energía o la agrivoltaica  (integrar en el mismo terreno la producción agrícola y de energía solar) están en pleno crecimiento y suponen excelentes promesas de recuperación económica y energética para sectores importantes de la industria argentina.

Por otro lado, México ha experimentado un excelente acelerón en cuanto a la producción de energía fotovoltaica; de 171 MW a 7.000 en tan sólo 4 años (2017-2021), y el potencial de crecimiento es descomunal. La proyección de crecimiento según la Agencia Internacional de las Energías Renovables, es que  México va camino de instalar 30.000 MW con un 40% de energía solar distribuida. Y es que la FV distribuida es una de las claves para el éxito de la transición energética.

El desarrollo de sistemas de energía solar residenciales en Chile se ha convertido en una meta muy importante para llegar a los planes de cero emisiones. El vicepresidente de la Asociación Chilena de Energía Solar (ACESOL), David Rau, lo afirmaba mientras sostenía también en el seminario telemático organizado por el Grupo de Trabajo LatAm del Global Solar Council, en el que se analizaron el estado actual y las perspectivas futuras de la energía solar fotovoltaica en la región de América Latina, que Chile debe tener como prioridad la modernización de las redes de distribución de electricidad y la automatización y digitalización de las nuevas necesidades que tienen los usuarios y consumidores finales.

Chile es uno de los países económicamente más prometedores  de Latinoamérica en la industria solar ya que cuenta con la mayor radiación solar del mundo y una gran producción de litio y cobre, lo que le otorga cierta ventaja respecto a otros países.

El potencial de energía renovable que hay instalado en este momento en Perú, se podría multiplicar por 10, y cuenta con una previsión de 2.000 megavatios de fotovoltaica para instalar en los próximos 8 años. Este dato traería consigo una inversión aproximada de 1.500 millones de dólares y más de 10.000 puestos de trabajo para los peruanos.

Analizando la economía grosso modo, las ciudades y los núcleos urbanos representan el 2% del espacio del planeta y sin embargo, son la cabeza de los problemas respecto al cambio climático, pues consumen las 3/4  partes de la energía mundial y producen casi lo mismo de emisiones de CO2 en cuanto a energía. Por ende, el cambio energético debe ir acompañado de mejoras sociales, ciudades más inteligentes e industrias realmente sostenibles si lo que queremos es llegar a cumplir no solo con los ODS, sino con los objetivos y las premisas de mejorar la vida en nuestro planeta y asegurar el futuro de las generaciones venideras.