La electrificación como clave del asentamiento de las renovables

Han pasado cinco años desde la firma del Acuerdo de París que involucraba a 195 países en la empresa de frenar el aumento de la temperatura planetaria por debajo de los 2°C en referencia a nos niveles existentes en la época previa a la revolución industrial. En este acuerdo se reconocía que el ser humano era responsable de generar un daño irreversible a la atmósfera y que apenas quedaba tiempo para parar una catástrofe irreversible en el planeta.

Así se empezaron a impulsar formas alternativas a nuestra forma de consumir y producir bienes. Pero yendo un poco más allá, esto involucra cambiar radicalmente muchos aspectos del sistema social y en definitiva de nuestra forma de vida actual. La clave para que este proceso pueda resultar exitoso, radica según Ángel Martínez Aroca, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), en la capacidad del conjunto de las empresas, gobiernos y el compromiso ciudadano de electrificar y ordenar el consumo general de energía acelerando el asentamiento de las renovables.

No es de extrañar teniendo en cuenta que el 70% de las emisiones causantes del calentamiento global tienen su origen en la producción y generación de energía. Los combustibles fósiles aplicados al campo energético son el principal conflicto a solucionar si se pretende atajar el problema por la base logrando establecer el modelo de generación eléctrico-renovable. Los derivados del petróleo y el gas siguen monopolizando el sector energético y es urgente revertir este hecho para alcanzar los objetivos de la cumbre del clima.

El grado de electrificación de los requerimientos energéticos particulares, profesionales y de uso industrial, es determinante para alzar el consumo de renovables, lo que significa que es este factor el que debe cambiar principalmente para voltear el posicionamiento. Aunque ya hay muchos países que consumen renovables en el sistema eléctrico, habitualmente más del 60% de la energía demandada en un país proviene de centrales nucleares o del gas por este motivo.

Si no hay una electrificación eficiente y apresurada en el aspecto de los consumos las renovables no pueden entrar de forma adecuada. Nos encontramos ante un panorama en el que es necesario establecer mecanismos de control de esta potencia de generación incorporada al sistema eléctrico, que pasan necesariamente por un impulso de cambio realista de las energías fósiles a las renovables con ejercicios de sensibilización pero especialmente, apoyadas en políticas que apuesten especialmente en movilidad y transporte, unidas a un sector fiscal verde compensatorio respecto a las externalidades negativas de las emisiones e incentive unas prácticas sostenibles penalizando las más agresivas con el entorno.

Cómo se van a establecer los precios en el mercado mayorista, es otro tema altamente influyente del sector. Anteriormente se habían manejado de una forma un tanto marginal que provocó cierto desequilibrio acentuado por la crisis del covid-19.

Facilitar a los ciudadanos que puedan generar su energía de forma autónoma también ayudaría a impulsar la industria frenando el cambio climático. La producción para consumo debe contar con un equilibrio solidario y suficiente para con el sistema eléctrico al que se pretendan incorporar del que todos los ciudadanos logren formar parte y sea verificable.

Las empresas de este sector hemos contribuido a bajar los costes de las instalaciones fotovoltaicas influyendo en los precios de la energía en pro de un bien común. Avanzar en la creación de un marco energético común es avanzar en la dirección de tener un planeta más sostenible.