¿La caída del bitcoin beneficia al medio ambiente?

En la nueva forma de ver el mundo y cómo entenderlo empieza a aparecer todo un nuevo sistema de comprender las cosas y formas de intercambiar la vida, que mucha gente habrá escuchado de pasada y otros, en cambio, son totalmente expertos en la materia. Hablamos del mundo del bitcoin o las criptomonedas, un nuevo sistema, la moneda de internet –más conocido popularmente –.

Esta nueva forma de divisa es una forma de hacer dinero que se puede producir de dos maneras: revendes la moneda o minas (generar moneda). En este último caso, la minería consiste en utilizar un dispositivo ya sea un ordenador o, incluso, un móvil (existen aplicaciones para minar) para que descifre los códigos matemáticos escritos en la criptomoneda y, de esta forma, se obtiene recompensas fraccionadas de la moneda digital.

Recientemente, hubo una bajada de precios de las criptomonedas por lo que muchos “mineros” tuvieron que poner a la venta sus tarjetas gráficas y “rigs” (una definición de ello sería: un ordenador que se encarga exclusivamente de minar criptomonedas) lo que ha producido una reducción notable en las emisiones de dióxido de carbono.

Consumo energético

En el mundo de las criptomonedas hay un derroche ya no solo material sino energético. Esta divisa digital tiene un suministro limitado, de hecho su creador estipuló que solo pueden existir 21 millones de bitcoins. El motivo fue que a mayor circulación menores son las recompensas y más grande el gasto energético. En la actualidad una tarjeta gráfica convencional no es suficiente para crear bitcoins, aunque si en otras monedas secundarias.

El gasto energético que produce es muy alto en datos de lo que llevamos de año llegó a ser 204 TWh, según el Índice de Consumo Eléctrico de Bitcoin de la Universidad de Cambridge, antes de la reciente caído. La minería consiguió casi el 0,5% mundial de gasto energético.

Sin embargo, con la reciente caída los “criptomineros” han dejado de emitir toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, según datos de la Universidad de Cambridge. Muchos de ellos han dejado de minar, debido a la caída de la moneda, la subida del precio de la luz y una posible recesión económica. El futuro de ello aún queda pendiente.

Cabe destacar que minar no es ilegal porque no existe ninguna ley que regule o prohíba esa actividad económica, y minar con tu propia electricidad y equipos es legal. Donde se comete el delito es si se pincha la luz a un vecino donde el beneficio sería neto y se considera fraude eléctrico.

 

Chatarra informática

A parte del gasto energético que produce minar criptomonedas, existen otras fuentes de contaminación en este mundo. Todos los equipos informáticos necesarios para la creación del minado tienen, la conocida, obsolescencia programada lo que produce que al cabo de unos años dejará de funcionar para que el usuario se compre un nuevo dispositivo informático.

Un estudio publicado en “Resources, Conservation and Recycling”, constata que, de media, un equipo de minería deja de ser rentable al cabo de unos 1,3 años. Con 39,7 toneladas de residuos electrónicos generados al año, el nivel de generación de basura de bitcoin. En el mismo estudio estima que la cifra de chatarra electrónica podría subir a 64,4 toneladas a medio plazo.