Cómo la IA nos obliga a ser más inteligentes

Podría dar la sensación de que hace ya un tiempo que no se hacen grandes descubrimientos que cambian el curso de la historia. De esos que transforman las sociedades y marcan un antes y un después como lo fueron todos aquellos avances que dieron lugar a la revolución industrial, o el acceso estandarizado y regular a libros y publicaciones impresas. Anteriormente a la normalización de todo tipo de ideología y literatura impresa, las personas de las ciudades y pueblos se sentaban durante horas a ver y escuchar conversaciones de personas o foros de discusión, como aquellos famosos debates épicos entre Lincoln y Douglas que se podían extender incluso días.

Se trataban temas complejos que había que explicar detalladamente, lo que consumía una gran cantidad de tiempo y esfuerzo tanto por los participantes como por los asistentes. Hoy en día estamos a un click y 30 segundos de lectura media de estar informados sobre las noticias actualizadas en tiempo real en las campañas electorales. Podemos comprender algo que no conocíamos previamente con una infografía, un vídeo corto, o un post de facebook. Esto no significa que seamos menos profundos que antes. Significa que nuestra forma de pensar y adquirir conocimiento, ha cambiado.

Cada día nos enfrentamos a problemas más complejos, lo que requiere más capacitación, personal y recursos para resolver las incógnitas del mundo moderno. Sería muy tedioso además de imprudente, tener que hacer a mano todos los cálculos y mediciones para la construcción de un avión por ejemplo. Afortunadamente contamos con máquinas y procesos capaces de interpretar con un mínimo margen de error el concepto de construcción de un avión en este caso.

Este tipo de avances nos ahorran tiempo, dinero y la probabilidad de equivocarnos, optimizando y mecanizando multitud de procesos. Y en este momento, en el mundo contemporáneo, quien nos echa la mano realmente a que esto suceda, es la Inteligencia Artificial (IA). Economistas y científicos del MIT, la Universidad de Harvard y la Universidad de Boston (todos en EE.UU.) defienden que el mayor impacto de esta tecnología podría provenir de su potencial como un nuevo «método de invención» que redefine «la naturaleza del proceso de innovación y la organización de la I+D».

Esto quiere decir, que todo el tiempo sigue cambiando nuestra forma de pensar. El ritmo actual es mucho más acelerado que el los oyentes de Lincoln y Douglas, y se podría decir que somos más inteligentes, ya que podemos desarrollarnos de una forma superior porque contamos con estímulos mucho más efectivo. Y yendo un poco más allá no solo cambia nuestro pensamiento sino nuestra forma de generar ideas que impulsan todo el tiempo la propia innovación. Lo estamos viendo con la actual crisis de salud.

Ya hay robots y sistemas trabajando en la selección o eliminación de de compuestos posiblemente funcionales para combatir el coronavirus. Si todas esas pruebas se tuvieran que hacer a mano, tardaríamos muchísimo más en encontrar algo que realmente funcione. Pero desde hace un tiempo estos sistemas trabajan para encontrar compuestos susceptibles de éxito en multitud de enfermedades y padecimientos, permitiendo ver y analizar espacios multidimensionales nunca vistos antes en otros métodos.

Se están revolucionando los métodos de invención, lo que va a potenciar sin duda en el futuro cercano un crecimiento exponencial del I+D. ¿Será la investigación y el desarrollo una buena inversión saliendo de la recesión económica que viene tras la pandemia? sin duda alguna. Aunque muchos gobiernos lo tienen como el área olvidada o de las menos importantes, la IA ha demostrado sobradamente que es la mejor aliada del crecimiento económico estatal. Aunque no la más rápida, sí de las más efectivas.

Recapitulando la idea principal del artículo, cabe mencionar que los descubrimientos de ahora suelen corresponder más a piezas de un todo que a un todo en sí. Los desafíos que enfrentamos son muy complejos, por lo que demandan muchos recursos pero una vez solucionados este tipo de problemas, los avances que provocan son enormes y como prueba de ello o ejemplos tenemos los paneles solares o la impresión 3D. Avances por separado en contingencia y almacenaje del calor, baterías, materiales etc., que dieron lugar a un cómputo general indispensable ya en la vida moderna.