Los respiradores convencionales cuestan alrededor de 30.000 dólares, lo que está haciendo algo tediosa su fabricación en masa por la crisis del coronavirus ya que además son equipos medianamente complejos. Pero un equipo del Instituto de Tecnología de Massachusetts está trabajando en la fabricación de equipos económicos con un costo de adquisición por piezas de unos 100 dólares.
Este avance contrarreloj podría ganar una importante batalla contra la pandemia mundial, pues una de las principales problemáticas que está encontrando el personal sanitario precisamente, es el reparto de estos aparatos y la elección bajo criterio médico que se hace para ver a quién se lo asignan, ya que hay cierta escasez de sistemas.
El proyecto inicial se ideó hace aproximadamente 10 años por unos estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Este equipo diseñó un dispositivo de ventilación muy sencillo que podría fabricarse para situaciones de emergencia a un costo muy bajo y en cualquier parte del mundo. El proyecto se publicó pero quedó a un nivel teórico y no pasó la prueba de prototipo. Ahora un nuevo equipo al que han llamado MIT E-Vent de la misma universidad ha reanudado la investigación debido a la gran demanda de éstos aparatos por la reciente crisis de salud, para crear los prototipos a un ritmo vertiginoso.
Los avances del proyecto se van publicando en su página web de acceso libre para que en cualquier lugar los especialistas puedan reproducir el modelo una vez esté perfeccionado y sea exitoso.
El equipo formado en el MIT es multidisciplinar y cuenta con ingenieros de diseño, de controles, informáticos, médicos y anestesiólogos entre otros. Están llevando a cabo el desarrollo de los respiradores económicos de forma totalmente voluntaria. Los miembros declararon que el esfuerzo está siendo agotador pero que no les disminuye el entusiasmo por ayudar en esta circunstancia tan grave que estamos viviendo.
Este incansable trabajo ha dado lugar a las primeras pruebas realistas de un prototipo funcional cuando partían hace apenas una semana de bancos vacíos. De momento lo están haciendo de forma anónima para evitar distracciones aunque la información se está colgando en abierto en la página del proyecto, donde ya cuentan con orientaciones de diseño, controles de pruebas continuamente y toda la información que se va recabando y documentando. De esta forma ponen al servicio de otras áreas sus avances para ver quiénes o qué empresas se pueden sumar al proyecto aportando avances que otros equipos puedan tener.
No obstante se está haciendo especial énfasis en que solo desarrollen los modelos las personas altamente capacitadas, ya que la precisión de los dispositivos debe ser milimétrica en su construcción. Si personas aficionadas con buenas intenciones reproducen estos modelos el resultado puede ser altamente contraproducente con seguridad.
El sistema que están desarrollando es ajustable alrededor de una bolsa Ambu común, de las que hay en todos los hospitales en abundancia. Se utilizan convencionalmente como respiradores manuales y lo que el equipo de desarrolladores está investigando es lograr un sistema de paletas mecánicas que presione la bolsa automáticamente gracias al empuje de un motor, proyectando el aire a través de un tubo colocado en la vía aérea de la persona afectada.
Incluso los dispositivos simples (bolsa Ambu) requieren de un manejo profesional por personal sanitario capacitado. Lo que hace todavía más evidente la necesidad de capacitación específica para construir los nuevos prototipos. Los investigadores están probando diversas formas de comprimir para la bolsa, ya que cada paciente exige una presión y cantidad de aire diferentes según sus afecciones y necesidades.
Los avances se están publicando en e-vent.mit.edu, así como recursos de información fiables sobre el uso del dispositivo y los requisitos de capacitación y monitoreo. Lo que queda claro es que los sistemas deben fabricarse de acuerdo a las especificaciones de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) y solo se utilizarán, como cualquier equipo médico, bajo la supervisión de personal sanitario cualificado.