Un joven de 17 años revoluciona los motores eléctricos

El estadounidense, Robert Sansone, ha creado un motor sin imanes que, además, logra mayor potencia de la que suelen ofrecer otras alternativas. Una solución para evitar un tipo de motor que integra imanes muy específicos que se desarrollan con componentes muy escasos y extraídos de zonas difíciles de acceder. De esta manera, se evita la dependencia de estos materiales y se abarata el coste de producción de los motores eléctricos.

El prototipo que ha desarrollado el joven se denomina motor síncrono de reluctancia y no utiliza imanes de esas zonas de difícil acceso, pero logra una fuerza de rotación mayor. El motor se creó con elementos plásticos impresos en 3D, hilos de cobre y un rotor de acero.

En la industria de los motores eléctricos se utilizan en su gran mayoría motores síncronos utilizan imanes permanentes. Los materiales utilizados para fabricarlos suelen ser el disprosio, el gadolinio o el neodimio, principal estos recursos se encuentran en China.

Revolución

Los motores de reluctancia suponen una opción eléctrica que no utiliza imanes ni bobinas en su rotor. Por lo que su rotación es la tendencia natural de los materiales ferrosos a alinearse con un campo magnético externo. A medida que el rotor gira siguiendo al campo magnético. Así que para lograrlo se recurre a la relación de prominencia, es la diferencia de magnetismo entre los materiales ferrosos del rotor y espacios de aire que quedan entre ellos. El joven estadounidense decidió desprenderse de los espacios de aire y sustituirlos por otro campo magnético en su motor, consiguiendo un aumento de la relación de prominencia. Además, se produce más fuerza en la rotación.

Con este nuevo invento ha ganado un premio 75.000 dólares, logrando el primer premio en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería del año 2022.

Nuevos retos

El invento revolucionario del joven estadounidense aún se encuentra en fase inicial de diseño, a la espera de contar con la patente. Robert Sansone quiere modelar la versión 16 de su motor con materiales más resistentes para poder probar cuantas revoluciones por minuto puede alcanzar. Cuando realice las pruebas necesarias presentará la patente a alguna empresa de automoción.

Con su nuevo invento y si todo sale como lo esperado, él afirma que confía en que la impresión 3D vuelva a solucionar los restos que se le presentan en el futuro como la fabricación en gran escala. De hecho añade que la fabricación aditiva que está siendo puntero en proyectos espaciales podría simplificar la construcción y llevarlo a término.