¿Se pueden reciclar las baterías de los coches eléctricos?

En la actualidad la industria del automóvil se encuentra ante diferentes desafíos. La transición hacia una movilidad eléctrica para un futuro sostenible se convierte en el eje central, pero no se puede subestimar la complejidad de esta transformación.

A medida que pasen los años y el uso del coche eléctrico se generalice, puede que persistan las mismas preocupaciones que en la actualidad. No obstante, lo que sí se puede hacer en este presente es poner el foco de atención y es en el reciclaje de las baterías de los coches eléctricos actuales.

La investigadora francesa, Anna Vanderbruggen, ha desarrollado una solución innovadora que permitirá reciclar el grafito de las baterías viejas de los vehículos eléctricos. Este proyecto promete ser una revolución en el sector automovilístico.

Premiada con el premio del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, su trabajo consiste en recuperar el grafito de las baterías viejas. La extracción de este material se produce en lo que llama la «masa negra», un polvo que contiene cobalto, litio, níquel y manganeso. El proceso se basa en poner esa masa en agua con unos químicos y burbujas de aire, lo que ocurre es que el grafito se junta con las burbujas y los metales se quedan en el agua.

El reciclaje de las baterías

El reciclaje es una oportunidad comercial creciente que aún está en proceso de desarrollo, porque no existe un flujo de producción constante para satisfacer la demanda actual.

Sin embargo, este emprendimiento también presenta un problema significativo y es que existen 300 modelos distintos de baterías para coches, lo que dificulta la implementación de un sistema de reciclaje uniforme.

En la actualidad, se puede percibir un incremento en la utilización de vehículos eléctricos. De acuerdo a las proyecciones de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), se prevé que para el año 2025 se alcance una participación del 30 %, mientras que cinco años después se llegue al 70 %.

Por su parte, la Agencia Internacional de Energía ha pronosticado que para el año 2030, habrá unos 350 millones de vehículos eléctricos circulando en todo el mundo, lo que representa un aumento significativo en comparación con los niveles actuales que se multiplican por 21.

Dado que la vida útil promedio de las baterías de los automóviles eléctricos es de entre 8 y 10 años, es evidente la necesidad de contar con un sistema de reciclaje eficiente y efectivo. Aunque las nuevas tecnologías permiten el reciclaje de estas baterías, la viabilidad económica de establecer una red industrial que lo permita todavía no es óptima.

En los últimos años se están presentando proyectos en fase de prueba que son muy prometedores y necesarios para brindar una segunda vida a los componentes químicos de las baterías, que son altamente contaminantes y presentan un riesgo medioambiental si no se manejan adecuadamente.

Degradación de las baterías

Las empresas de la industria automotriz deben optar por el reciclaje como una forma de fomentar el desarrollo de sistemas de sostenibilidad sólidos y eficientes que permitan proteger el medio ambiente de manera continua.

Aunque también tenemos que saber cuidar las baterías de nuestros coches eléctricos. Por ese motivo, un estudio realizado por Recurrent sugiere que los coches eléctricos se deben utilizar en climas templados y fríos, ya que el calor es el principal factor que afecta a la vida útil de las baterías, especialmente si no tienen refrigeración por líquido.

También se recomienda una carga lenta en lugar de la carga rápida de alta potencia para evitar la degradación de las microestructuras químicas de las celdas. Los expertos también sugieren no agotar la batería completamente y mantener un estado de carga entre el 20% y el 80% siempre que sea posible, ya que esto prolongará la vida útil de la batería.

Además, la mayoría de los coches eléctricos analizados utilizan una química de batería NMC (níquel-manganeso-cobalto) en lugar de LFP (litio-ferrofosfato) que se encuentra en modelos más modernos y de gama media y baja.