La ingeniería como clave para enfrentar las pandemias

Después de entender el estado de vulnerabilidad de las sociedades contemporáneas tras la sorpresa de la pandemia, se han hecho muchas reflexiones sobre cómo, a todos los niveles, se deben enfocar los esfuerzos de diferentes disciplinas para abordar situaciones similares en el futuro. Desde la inteligencia artificial, pasando por las ciudades inteligentes, la psicología o la conectividad en el trabajo, se han hecho importantes avances para adaptarnos y solventar estos eventos de manera más integral.

La ingeniería, aunque no es en lo primero que uno piense cuando se habla de una crisis sanitaria, es uno de los ámbitos más importantes para resolver conflictos en multitud de campos y está intrínseca también en los avances médicos. Esto hace evidente la necesidad de replantear la epidemiología no solamente desde la perspectiva de la salud y de la ciencia, sino también desde la ingeniería.

Esta mirada aporta soluciones efectivas y pragmáticas para lograr decisiones más concretas atacando los problemas desde ángulos más directos. En situaciones críticas como lo fue la covid-19 resaltó la falta de soluciones derivadas de la investigación. O así al menos lo considera el epidemiólogo social Jon Zelner quien es coautor de un ensayo relacionado con este tema. Desde su experiencia en primera persona en el paradigma de la crisis, advierte que en efecto se publicaron innumerables artículos relacionados a la enfermedad, pero que no fueron tantos los que tuvieron un impacto clave en el avance de la lucha contra esta. No hubo un impacto tangible en la relación de las investigaciones y la mitigación de la pandemia debido a la ausencia de vínculos entre las teorías y las herramientas necesarias para atacar la crisis.

Así proliferó un discurso desinformado en el que las personas no especializadas en el tema, solo hablaban de inmunidad de rebaño o recuentos de casos mortales, pero no había una dirección clave hacia la cual trabajar para mitigar la pandemia. Los investigadores del ensayo, evaluaron las herramientas utilizadas para enfrentar los desafíos de la nueva situación, y concluyeron que en cada paso de la epidemia reinaba la incertidumbre. Empezaron a averiguar cómo pasó, cómo funciona la vacuna y otros elementos como análisis estadísticos, pero veían una fuerte desconexión entre estos hallazgos y las soluciones que brotaban.

Por ende, es vital incorporar por ejemplo la estadística, considerada por otro de los autores como ingeniería matemática. Los datos es una de las herramientas de análisis más importantes en casos como estos para esclarecer los patrones de evolución de estas situaciones críticas, y ayudan a perfeccionar el conocimiento que se va dando por cierto. La visión desde la ingeniería aporta el perfeccionamiento de cada aproximación. En un primer nivel, se estudia el caso con los datos que se tienen, y se van definiendo los pasos a seguir cada vez de forma más afinada.

Pero en situaciones caóticas, es conveniente dejar de buscar la certeza ante la ausencia real de datos fiables y empezar a manejar la incertidumbre como lo que es. Los investigadores recalcan en el ensayo, que no hay que centrarse tanto en saber a ciencia cierta, por ejemplo cuantos casos o muertes se van a evitar con la vacunación, pero vale la pena poner el foco en cómo aumentar  la cobertura ya que lo que sí se sabe, es que evitará más riesgos.

Lo que permite la mirada desde la ingeniería, es que especialistas diferentes trabajen juntos. Decidir sobre la marcha cómo reparar lo que no está funcionando y trabajar sobre lo que sí, es más valioso que quedarse nada más en el análisis de los estudios de caso. Conservar verdades inamovibles no es resolutivo ante panoramas cambiantes donde no hay una experiencia previa.

Compartir herramientas de software que otros pudieran implementar en sus campos concretos de trabajo (epidemiólogos, ingenieros que trabajan con maquinarias de hospital, informáticos, científicos analistas, etc.) y en definitiva aunar fuerzas desde todos los campos para lograr soluciones tangibles, sigue siendo vital para paliar los efectos de la covid a día de hoy, pero nos fuerza a integrar la mirada desde la ingeniería para trabajar de esta manera. Solo así se puede resolver el rompecabezas entre todos.

Una de las conclusiones de la publicación, es que sería interesante promover más el centro nacional de pronóstico meteorológico para las enfermedades infecciosas, que no existía antes de la pandemia. En él se podrían analizar todos los datos en conjunto y tomar decisiones en un nivel más generalizado en un breve periodo de tiempo. En la actualidad se sigue trabajando en el progreso de dicho proyecto.

También evidencian que a nivel de pronosticar enfermedades infecciosas todavía no hay metodologías muy buenas, por lo que es un foco al que ponerle atención. Con la ayuda de la ingeniería, pretenden producir más softwares para responder preguntas específicas y que sean de acceso público en un paradigma de ciencia de la salud publica en rápido movimiento.