Uno de los factores determinantes en la lucha contra el cambio climático y para descarbonizar los sectores más contaminantes, es la conectividad. Tras la pandemia de la covid-19 hemos visto como se ha acelerado el proceso de digitalización y se han sustituido muchos trabajos y actividades por una versión online. Con la llegada del 5G, las esperanzas están en aumentar el teletrabajo y la automatización de muchos procesos industriales. Y es que desde la agricultura hasta el transporte o la minería, han experimentado un auge en desarrollo digital permitiendo reducir considerablemente las emisiones y aprovechar mucho mejor el uso de recursos.
Otra tendencia en alza gracias a este proceso está siendo la economía colaborativa en la que los recursos se utilizan de manera compartida, disminuyendo el uso y consumo de combustibles fósiles. Son varios los estudios como el recientemente realizado por la empresa Ericcson los que aseguran que el mundo digital tendrá un impacto inmediato a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y está actuando de catalizador de los mismos.
El informe del corporativo, anuncia que la digitalización y la conectividad son claves para que en el 2050 Europa llegue al objetivo de cero emisiones netas. Para el 2030, se estima que este factor contribuya a disminuir 550MtCO2e, el 15% de las emisiones totales producidas por todos los países de la Unión Europea en el año 2017. La tecnología 5G podría disminuir de media 55–170MtCO2e de emisiones al año, el equivalente a eliminar las emisiones producidas de uno de cada siete coches del territorio europeo.
Pero en el espectro tangible, ¿cómo es posible que el mundo digital contribuya a reducir las emisiones y a paliar los efectos del cambio climático? La respuesta es bastante amplia. Este indicador que ha potenciado el trabajo remoto ha reducido el uso de recursos y los desplazamientos y por ende, el consumo de combustibles fósiles.
Los sensores de alta eficiencia y la automatización de muchos edificios, ha generado unos efectos parecidos. Los hábitos de consumo se han vuelto más eficientes y racionales y los avances en la construcción inteligente, como los edificios BIPV que generan su propia energía a través de células fotovoltaicas integradas, o los principios de la climatización moderna que suponen la eliminación de los factores por los cuales las construcciones pierden energía y calor, y utilizan sistemas combinados para aprovechar las circunstancias naturales según los tipos de clima, la orientación o la ventilación natural de los espacios, además de ahorrar energía y reducir el consumo, reducen también las emisiones.
El 5G ha tenido un papel protagonista en cómo ha venido y se ha acelerado el desarrollo de nuevas líneas de investigación en todos los sentidos. Tanto la eficiencia energética, la medicina, el desarrollo de fármacos y en general, todos los sectores que implican comunicación y compartir datos han agilizado estos procesos de desarrollo de forma tangible.
La digitalización en el mundo moderno es sin duda sinónimo de sostenibilidad, por lo que el fomento de las smartcities es un paso obligado para combatir los efectos del cambio climático y sus consecuencias.