Desde múltiples perspectivas es cada vez más notorio la importancia de invertir en nuevas empresas del sector de la sostenibilidad. Estas empresas representan una promesa de innovación tecnológica y un pilar para la construcción de un futuro energético más limpio y ecosostenible.
La inversión en «startups» de energía limpia aumentó en estos últimos tres años hasta seis veces más alcanzando los 12.300 millones de dólares. Empezó en el año 2019 con solo 1.900 millones de dólares según un informe de los consultores «Clean Energy Starups Radar».
Esta situación se enmarca dentro de una disminución significativa en el mercado de inversión de alto riesgo por el incremento en las tasas de interés y la subsiguiente limitación en la disponibilidad de fondos líquidos. Como resultado de la inversión global en el capital de riesgo en 2022 en todas las áreas económicas por lo que experimentó una disminución del 53 % en contraste con el aumento del 10 % en la inversión destinada en estas «startups».
No obstante, este incremento se da gracias a dos iniciativas legislativas: la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) en Estados Unidos y la Ley de Industria Neta Cero de la Unión Europea. Ambas legislaciones tienen como objetivo disminuir la carga burocrática en relación con la regulación y aumentar los subsidios destinados a soluciones energéticas limpias, lo que potencialmente puede intensificar el interés de los inversionistas en este sector y en esas áreas geográficas.
El capital de riesgo estadounidense en el año 2022 lideró la inversión en energías limpias con 7.000 millones de dólares y Europa con 3.500 millones de dólares. Factores como la necesidad de eficiencia energética y la situación geopolítica impulsaron la inversión en energía limpia, representando un 85 % de la inversión total en nuevas empresas de energía sostenible.
Las inversiones
El informe de la consultora estratégica examina anualmente como fluye la inversión de capital de riesgo hacia más de 800 nuevas empresas que ofrecen soluciones en el ámbito energético, a compartir desde la producción y gestión de la red hasta el almacenamiento y el seguimiento de las emisiones de carbono. Estas empresas desempeñan un papel fundamental en la transición hacia un futuro libre de combustibles fósiles. El análisis también destaca las tecnologías que atraen más interés y confianza por parte de los inversores.
En el año 2022 la inversión se destacó en la tecnología de baterías llegando a los 5.000 millones de dólares, impulsada por la necesidad de almacenamiento de energía renovable. Además, la inversión en «startups» de hidrógeno creció significativamente, llegando a 550 millones de dólares en 2022. La tecnología de fusión también atrajo inversiones, con un máximo de 2.500 millones en 2021; aunque se redujo a 500 millones en 2022.
En busca de la energía neta cero, las empresas energéticas se ven desafiadas a innovar de manera sin precedentes lo que cuestiona sus modelos de negocio tradicionales. Una solución propuesta es la colaboración entre empresas establecidas y «startups» innovadoras. Estas nuevas empresas aportan innovación y rejuvenecen la cultura corporativa, mientras que las empresas consolidadas proporcionan recursos y clientes, permitiendo la ejecución ágil y de bajo riesgo de proyectos. En la transición hacia energías limpias, las grandes empresas deben destacar con modelos ecológicos únicos y esto se logra mediante asociaciones con «startups» de energías renovables según la consultora.