Los retos de la fauna y flora en los parques eólicos y fotovoltaicos

Desde hace unos años los parques eólicos y fotovoltaicos  han ganado protagonismo con el fin de sustituir a las centrales de carbón. Al menos en España esto es prácticamente una realidad y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima ya tiene contemplado que para el 2030 debe haber en el país al menos 89 GW verdes instalados. Aunque las centrales no producen contaminación, si generan un impacto en los ecosistemas naturales y la planificación ha de ser respetuosa con la flora y fauna así como con el paisaje.

Un grupo de 23 investigadores españoles publicó en la revista Science un artículo con varios datos sobre el impacto ecológico y las amenazas a la biodiversidad de los parques de renovables, lo que llega en tiempo y forma para prevenir y adecuar las construcciones a la realidad ambiental. Esta información ya ha sido tomada en cuenta por el sector, desde donde el cual se ha manifestado la intención de convertir estos espacios en reservas integrales de la naturaleza.

No es cosa menor teniendo en cuenta que ya hay aprobados en el país permisos para producir 121 GW próximamente, y es algo que la industria se toma muy en serio. De hecho ya se está trabajando en la limitación del impacto y en conservar la biodiversidad. La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) aclaró que no solo quieren mitigar el impacto sino generar una huella positiva activamente convirtiendo los espacios en reservas naturales. Es en base a eso en lo que se están planeando las construcciones de los nuevos parques.

La UNEF planea medidas como vallados con pasos para fauna, el uso de ganado para eliminar maleza, las limpiezas de los equipos en seco, la disposición de nidales de especies locales, el fomento de la vegetación autóctona para favorecer la polinización de las abejas, una estricta protección de las áreas con humedales y la instalación de hoteles para insectos entre otras consideraciones. Otra iniciativa a resaltar de este documento, es abogar por no dejar marcas ni residuos una vez se retiran las estructuras y los equipos, por lo que quieren sustituir las tradicionales fijadas por hormigón por unas que solo permanezcan clavadas en el suelo.

Rodear las instalaciones con muros verdes y una fuerte política de reforestación es otra de las claves del sector para compensar las posibles emisiones provenientes de la fabricación de los equipos o el transporte. Todas estas medidas se ven ya reflejadas en proyectos como la planta solar de Carmona, en la provincia española de Sevilla, donde se está combinando la producción de energía fotovoltaica con los usos agrícolas. El parque cuenta con tres hectáreas de plantas aromáticas de la región integrando además la apicultura, contando con alrededor de 60 colmenas.

Otras empresas optan también por proyectos para proteger especies concretas de cada lugar como la planta fotovoltaica de Augusto, en Badajoz, donde se ha implantado una reserva especial para cuidar el sisón común. El parque cuenta también con un sistema de vallas móviles para proteger nidos de aguilucho cenizo obteniendo excelentes resultados.

Finalmente, se ha de compartir la tierra para que la explotación de los recursos y el respeto con la biodiversidad formen parte de la misma dinámica constructiva. Utilizar terrenos para cultivar, pastorear animales y al mismo tiempo generar energía ya se está demostrando que funciona, por lo que las empresas que participen en la transición energética tendrán que tomar este tipo de iniciativas y valores para integrarlos en proyectos amigables con el medio ambiente y productivos en el plano de la sostenibilidad, los sectores primarios y la producción de energías renovables.