Las nuevas células solares son autorreparables

El mundo de la electrónica, la fotoquímica, la industria fotovoltaica y la optoelectrónica están de enhorabuena tras los hallazgos publicados recientemente por la Universidad de York. Y es que no es para menos después de haber descubierto una manera mediante la cual los módulos fotovoltaicos podrían autorreparar sus posibles fisuras o roturas.

Aunque parezca increíble que una célula fotovoltaica, un componente de iluminación o una pantalla puedan repararse de forma autosuficiente como por arte de magia, el profesor y físico de la universidad inglesa Keith McKenna, asegura que esto es posible del mismo modo que una salamandra puede hacer crecer de nuevo una extremidad seccionada.

El principio es básicamente el mismo, solo que en el ambiente tecnológico no se utilizan células vivas, sino un material semiconductor conocido como seleniuro de antimonio (Sb 2 Se 3). Este material absorbente solar puede convertir la energía luminosa en electricidad, lo que le permite tener la capacidad de formar nuevos enlaces sustituyendo los que se han roto reparando así la estructura dañada. En efecto el Seleniuro de antimonio no es nuevo para la industria fotovoltaica, ya que se ha utilizado en la producción de células solares denominadas de película fina consiguiendo un 9.2% de conversión de luz en energía eléctrica. Pero sus nuevas aplicaciones como material para autorreparar aparatos electrónicos si son novedosas en el mercado.

Esta característica de la regeneración, igual que en el mundo animal es totalmente inusual entre los materiales, por lo que sus implicaciones cobran una importancia muy elevada en el mundo tecnológico. Pero en efecto el Seleniuro de antimonio junto con el sulfuro de antimonio puede ejecutar reconstrucciones estructurales curando los enlaces dañados o rotos.

Si se logran diseñar aparatos electrónicos y células fotovoltaicas capaces de repararse por sí mismas se potenciaría la escalabilidad y se reducirían considerablemente los costos para estos productos que resultarían además de alto rendimiento.

Hasta ahora, las formas más populares de reducir los costes de la energía solar pasaban a menudo por formas de aumentar la eficiencia de la conversión, la mejora de las técnicas de producción o el uso de materiales más económicos. Pero el hallazgo de este tipo de materiales autorregenerables es sin duda una gran noticia también para el abaratamiento de este tipo de energía renovable.

Los paneles solares tienen en la actualidad una vida útil de entre 25 y 30 años que se podría ver ampliada por el uso de este material aplicado a la industria fotovoltaica haciéndola todavía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Este sistema potencia el nuevo esquema de consumo basado en la larga duración de los productos y la economía circular dentro de la revolución energética que estamos viviendo, para lograr que nuestras ciudades se acerquen cada día más al concepto de smart city.