Internet de las cosas (IOT)
El internet de las cosas (IOT) es un concepto nuevo que está basado en la conectividad entre dispositivos creando una red comunicacional plena, eficiente y rápida. Se basa principalmente en tecnologías de recogida de información como sensores y en las redes comunicativas para la comunicación a tiempo de real entre los dispositivos conectados.
Gracias a las redes creadas bajo el manto del IOT, se consigue una gran interconectividad, lo cual viene traducido en una eficiencia a todos los niveles. La recogida de información mediante sensores permite un monitoreo a tiempo real, una adaptación plena al momento y lugar, así como poder implementar respuestas acordes con estos estímulos. Además toda esta información recogida es vital para nutrir el Big data y los algoritmos de inteligencia artificial, capaces de aprender y predecir situaciones futuras.
La hiperconectividad del IOT permite el tráfico de una gran cantidad de datos entre objetos, equipos y personas. Gracias a ella es posible la transformación de las ciudades en smartcities ya que permite conectar casi cualquier dispositivo.
Las aplicaciones son múltiples: En las ciudades permiten tener un monitoreo automático, constante y a tiempo real de variables atmosféricas como la temperatura, humedad, viento, radiación solar, lluvia, ruido, niveles de contaminación en aire y agua, ph del agua; También de variables relacionadas con el tráfico de vehículos y personas, tan importantes a nivel de gestión de tráfico y movilidad; Por otra parte nos encontramos en los sistemas de gestión públicos como el alumbrado público o el agua; Otro aspecto importante a considerar es la seguridad, no solo a través de sistemas de monitoreo constante mediante la instalación de cámaras en lugares estratégicos, sino con patrones de reconocimiento sobre determinadas personas y vehículos.
El ámbito de aplicación del IOT es muy amplio y no solo se centra en las ciudades. La agricultura, la industria y áreas específicas como la sanidad se benefician de ella, contribuyendo a la automatización y autonomía de los procesos.
Se estima que para el 2025 habrá alrededor de 75 mil millones de dispositivos IoT (Internet Of Things) también conocido como el Internet de las cosas, que controlen aspectos primarios de las rutinas de las personas. Desde los electrodomésticos hasta el calzado, la ropa, el coche y la iluminación ya forman parte de esta tendencia por lo que se debe pensar en cómo se va a gestionar la energía que necesitan para funcionar de forma autónoma.
En el escenario post pandemia no se puede olvidar que el objetivo principal de las ciudades inteligentes no es otro que la aplicación de las nuevas tecnologías para optimizar los recursos y mejorar las infraestructuras y la calidad de vida de las personas. Este concepto también procura una adaptación a los efectos del cambio climático recogiendo datos en tiempo real para conocer qué problemas atañen a una sociedad y cómo se puede mejorar en el menor tiempo posible.
Cada día estamos más cerca de abandonar la sociedad 4.0 de la información para adentrarnos de lleno en la 5.0 sustentada por el valor de los macrodatos y las nuevas funcionalidades que ofrece la conectividad cada vez más integrada en todos los aspectos de la vida cotidiana. El mundo físico se está fusionando con el del ciberespacio dando lugar a una nueva forma de entender el funcionamiento de las sociedades. Esta simbiosis al contrario de lo que muchos puedan pensar, está favoreciendo la resolución de muchísimas problemáticas sociales.
El aprendizaje y la comprensión son el siguiente paso hacia una inteligencia artificial que nos comprenda, nos lea, y sea capaz de cambiar la acción de contestar, por la de conversar.
Todo está encaminado a que en un futuro muy cercano estos sistemas serán capaces por sí solos de realizar tareas que nos resultan tediosas como tomar notas en reuniones, apuntes o hacer compras vía internet.
Además del desarrollo social que va cada vez más deprisa, nos encontramos en un momento de emergencia climática que estimula y obliga al campo científico-tecnológico a evolucionar para solventar los problemas ambientales. En base a estos dos factores, se han desarrollado diez retos que vamos a tener que solventar con tecnología próximamente.
¿Qué nos va a deparar en un futuro esta tecnología? La verdad, a ciencia cierta no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que destruirá unos puestos de trabajo pero también creará otros nuevos, y también que en los próximos meses se verán avances asombrosos. Podemos afirmar que en la era digital la IA va a ser un elemento clave, de allí que podamos definir las siguientes predicciones que han realizado expertos en la materia.
Este año debería ser interesante para las partes interesadas en el ecosistema IoT. Desde la seguridad y los dispositivos conectados hasta el aumento en la automatización inteligente. La inversión en este tipo de soluciones tecnológicas cada vez ganará más terreno entre las compañías de América Latina.
El Internet de las Cosas está teniendo un gran impulso en múltiples áreas de desarrollo. En esa línea, de acuerdo a Gartner, se estima que para el año 2022 existirán más de 26 billones de dispositivos o máquinas conectados entre sí.
Sistema inteligente gestión alumbrado público
