Alumbrado público

La iluminación pública es uno de los servicios más importantes que ofrecen las municipalidades a sus habitantes. Gracias a la tecnología LED se está realizando un gran cambio a nivel mundial a nivel de eficiencia energética, lo que permite un ahorro importante en los municipios para ser destinados a otras áreas de gran importancia para la población.

La iluminación de los espacios públicos es indispensable para el desarrollo de la vida en los entornos urbanizados ya que la actividad no disminuye cuando se va la luz del día, sino que continúa, especialmente en los núcleos urbanos más grandes. Es uno de los elementos clave de la seguridad ciudadana y otorga un clima propenso para la movilidad permitiendo el desplazamiento a cualquier hora. La transformación energética viene en gran medida de la mano del alumbrado público que supone uno de los principales retos a abordar desde la perspectiva ecológica de las ciudades inteligentes.

El alumbrado tradicional consume una gran cantidad de recursos, no satisface las necesidades de iluminación en todas las zonas debido a unas deficientes planificaciones en el pasado, y, además, requiere de atención y altos costos de mantenimiento debido a las frecuentes fallas. La transformación aboga por un modelo de alumbrado público que consuma la menor cantidad de energía, pero siempre garantizando una luz óptima para el uso de todas las personas.

Los puntos de luz han supuesto además la base para el desarrollo de otras tecnologías dentro del paradigma de las ciudades inteligentes: El sensado de las ciudades y la recogida de información importante, el IOT (Internet de las cosas) que permite a las luminarias comunicarse entre sí y ser programadas a distancia para una adaptación plena de la luz, y la seguridad mediante la instalación de modernas cámaras son algunas de estas tecnologías que se apoyan en el alumbrado público.