La Comisión Europea inauguro una subasta piloto de 800 millones de euros destinados a ayudar a los productores de hidrógeno verde. Esta iniciativa se materializa a través de una prima por cada kilogramo generado.
El objetivo es reducir la disparidad entre el costo de producción y la disposición actual de los consumidores a pagar. Considerando que en el mercado actual la producción de hidrógeno no renovable es más económica. La UE tiene previsto llevar a cabo una segunda subasta en la próxima primavera, con un monto de alrededor de 2.200 millones de euros.
Esta subasta, gestionada por el Banco de Hidrógeno, forma parte de la estrategia más amplia de la Comisión Europea. Con ella plantea establecer un mercado sólido para el hidrógeno renovable, fomentar inversiones en la capacidad de producción y llevar la producción a una escala significativa. Las ofertas pueden presentarse hasta el 8 de febrero de 2024, y los resultados se darán a conocer a partir de abril de 2024 a través del portal de licitaciones y financiación de la Unión Europea.
Para ello la Comisión quiere establecer un mercado que permita la producción de 10 millones de toneladas de hidrógeno verde en la Unión Europea para el año 2030. Excluyendo otras formas de producción de este vector energético, como el hidrógeno rosa obtenido a través de electricidad de origen nuclear.
En cuanto a las ofertas, se espera que estén fundamentadas en una prima de precio propuesta por kilogramo de hidrógeno renovable producido. Las primas se entregarán a los proyectos mejor clasificados en la subasta hasta agotar el presupuesto de 800 millones de euros.
Los proyectos seleccionados recibirán la subvención además de los ingresos del mercado generados por las ventas de hidrógeno, durante un período máximo de 10 años. Estos proyectos deberán comenzar a producir hidrógeno renovable en un plazo de cinco años. No se permitirá combinar la prima de la Comisión Europea con otros esquemas de ayudas nacionales.
Adicionalmente, la Comisión Europea ofrece a los Estados miembros la opción de adoptar un mecanismo de «subastas de servicio», que permitiría a las capitales financiar proyectos que hayan participado en la subasta pero no hayan sido seleccionados para recibir apoyo del fondo debido a limitaciones presupuestarias, al tiempo que reduciría las cargas administrativas.