Las emisiones de gases de efecto invernadero son un problema para el ecosistema y el porcentaje más alto proviene del transporte. Por ello, la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea prohibirá la venta de coches diésel y de gasolina a partir del 1 de enero de 2035.
La medida pretendía ser que los vehículos de combustión interna en la Unión Europea pusieran fin en el año 2050 y llegar a alcanzar la neutralidad del carbón. Aunque para que pudiera ser efectiva esta medida los vehículos de gasolina y diésel deberían dejar de comercializarse en 2040.
Sin embargo, las instituciones comunitarias han revisado el objetivo, por lo que han acelerado la transición energética con una reducción de los plazos. De esta manera, a partir de 2035 no se venderán turismos ni furgonetas de combustión interna.
En el texto aprobado por la Comisión Europea explica que las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del transporte por carretera han aumentado más de un 25% desde 1990 hasta representar hasta una quinta parte de todas las emisiones de la Unión.
Cero emisiones en la UE
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2020 el promedio de emisiones de turismos nuevos matriculados en la Unión Europea, Islandia, Noruega y Reino Unido eran de 107,8 gramos de CO2 por kilómetros (g CO2/Km), lo que supone unos 14,5 g (un 12%) menos que en 2019. En este mismo período, la matriculación de nuevos coches eléctricos aumentó un 11%.
Además de la nueva fecha límite, el Parlamento ha aprobado un paquete de medidas adicionales destinadas a reducir las emisiones de los vehículos existentes. Es decir, no se podrán comercializar vehículos que excedan los 123 gr CO2/Km, una medida que afectará a las marcas de vehículos con más caballos de potencia.