Miembros del Parlamento Europeo aprobaron el 21 de noviembre las normas para reducir la contaminación de camiones y autobuses. Esta medida es muy importante porque en el reglamento no se consideraba a los biocombustibles como una solución tecnológica. La industria automotriz, el transporte de carga y pasajeros por carretera, así como los actores involucrados en la producción, logística y distribución de combustibles renovables, han unido fuerzas mediante un manifiesto para instar al reconocimiento de estos biocombustibles de baja huella de carbono en el ámbito del transporte pesado por carretera.
Los parlamentarios europeos buscan metas concretas de reducción de CO2 para camiones y autobuses, con reducciones del 45% (2030-2034), 65% (2035-2039) y 90% (desde 2040). Apoyan la propuesta de la Comisión para permitir solo autobuses urbanos sin emisiones desde 2030, con una exención temporal (hasta 2035) para los alimentados por biometano bajo condiciones estrictas.
El manifiesto se presentaron dos propuestas fundamentales. En primer lugar, aboga por el reconocimiento de los Combustibles Neutros en CO2, también conocidos como combustibles renovables, abarcando aquellos que cumplen con los criterios establecidos por la Directiva de Energías Renovables (RED). En segundo lugar, propone la incorporación del Factor de Corrección de Carbono como una metodología esencial para considerar la contribución efectiva de los combustibles renovables a la reducción de emisiones de dióxido de carbono. El motivo es que la regulación propuesta actualmente solo tiene en cuenta las emisiones provenientes del escape de los vehículos, omitiendo el ciclo de vida completo de los mismos. Esta limitación favorece exclusivamente a los propulsores eléctricos de batería, a los de pila de combustible y a los motores de hidrógeno.
Las razones
En la actualidad, aproximadamente seis millones de vehículos de carga circulan por Europa, y cada año se incorporan alrededor de 300.000 nuevos. Ello implica que la renovación de la flota, que requiere descarbonización, se llevaría al menos veinte años. Además, en el año 2021, los vehículos de carga impulsados por diésel representaron el 96% de las ventas. Este panorama resalta, según las entidades que han firmado el manifiesto, que el sector del transporte pesado por carretera es particularmente sensible a los costos ya la consideración de diversas alternativas para la reducción de emisiones, lo cual se vuelve aún más crucial.
Más allá de su repercusión económica dentro del propio sector, el manifiesto destaca su relevancia en la economía comunitaria, con especial énfasis en la economía española, y en el correcto funcionamiento del mercado interno de la Unión Europea.