Desde mediados del siglo XX, el planeta ha visto como el incremento de plásticos supone una problemática de gran envergadura, pues afecta a toda la biodiversidad. Recientemente, un informe del Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), «Global Plastics Outlook: Policy Scenarios to 2060», expresa que sin una acción para frenar la demanda, la contaminación por parte de plásticos aumentará casi tres veces, debido al aumento de la población y los ingresos. El informe estima que casi dos tercios de los desechos plásticos en 2060 serán por parte de artículos de corta duración como empaques, productos de bajo costo y textiles.
Como los plásticos forman parte de la vida cotidiana de cualquier ciudadano, un grupo interdisciplinario de investigadores de los Estados Unidos le ha dado un nuevo enfoque a la problemática. El estudio parte de la idea de producir plásticos de alta calidad hechos de biomasa, que podrían desintegrarse en componentes reciclables mediante la irradiación con luz.
En la investigación se determinó que el desarrollo se pudo realizar a partir de polímeros reticulados que contienen componentes básicos en su columna vertebral a base de vainillina. La vainillina se produce a través de materiales como la lignina, que es un subproducto de la producción de celulosa. Así que a partir del derivado de la vainillina absorbe luz a 300 nm y entra en estado de excitación. Por lo que produce una reacción química que desencadena la degradación del polímero. El motivo por el que se activa es que la longitud de onda no está contenida en el espectro de la luz solar que llega a la tierra. De este modo, no se provoca la degradación planificada. Los científicos afirman que recuperaron el 60 % de los monómeros y que pudieron polimerizarse sin perder calidad.
El enfoque del estudio basado en polímeros reticulados, fotodegradables, reciclables y renovables hechos de recursos de biomasa es una forma de producir plástico sostenible muy conveniente. La degradación provocada por la luz es una nueva forma de convivir con el plástico desde una perspectiva respetuosa con el medio ambiente y ofrece la ventaja del control espacial y temporal.