Una de las principales ventajas de los sistemas fotovoltaicos es que no requieren de mucho mantenimiento ni es necesario que los usuarios inviertan grandes cantidades de dinero por lo general en el correcto funcionamiento de los equipos. Normalmente, con tener clara la vida útil de los componentes, saber las coberturas de garantía y monitorearlos de forma superficial suele ser suficiente.
No obstante, si se percibe que algo en el sistema no está bien, es importante contar con el respaldo de empresas responsables que ofrezcan productos de calidad para que sean profesionales quienes se encarguen de resolver dichos inconvenientes. Pero hay ciertos detalles que se pueden observar en tres situaciones comunes y que permiten dar más información a los técnicos a la hora de reparar un sistema o incluso evitar el desplazamiento.
En primer lugar, será de mucha ayuda conocer el momento en el que apareció el problema y describirlo. Cuando aparecen problemas relacionados con las celdas, los módulos o el conjunto de los mismos, es importante facilitar información como los modelos de los elementos o los diagramas de instalación si fueron proporcionados. Dado que es común que los técnicos comprueben primeramente la salida del sistema en el sistema de medición o en el inversor, esa información puede facilitar mucho la reparación.
También el usuario puede revisar el cableado y los conectores ya que son elementos más superficiales para comprobar si es una falla externa. Toda la información visual como el estado de las células, la suciedad o las roturas es muy importante. A veces una conexión floja o un fallo en los interruptores, fusibles o disyuntores pueden ser causantes del fallo del sistema y es muy sencillo de reparar.
Otro problema común está relacionado con las cargas teniendo en cuenta que los sistemas fotovoltaicos operan con las cargas de los edificios. Éstas se alimentan de la instalación, por lo que cualquier problema en ellas será un problema también para el sistema. Igualmente, el recorrido visual ayuda a identificar problemas con fusibles y cables deteriorados o desconectados por accidente. Los usuarios también pueden revisar el motor de la carga para ver si está funcionando o si está totalmente parado, pero serán los técnicos quienes puedan ponerlo a prueba.
Por último, otro posible inconveniente puede estar en los inversores. Recordemos que en un sistema fotovoltaico es el componente que convierte la corriente continua (recogida directamente de las celdas solares) en corriente alterna (que se puede utilizar para alimentar dispositivos). Si el inversor falla, no hay alimentación para el sistema. Puede ser que no produzca la cantidad adecuada de energía debido a fusibles abiertos, disyuntores activados o cables deteriorados, pero ya será el técnico quien deba determinar el proceso a seguir. Cuando una instalación fotovoltaica falla y los usuarios quieran revisarla por si es algo leve como cables desconectados o deteriorados, se recomienda hacerlo siempre con la corriente desconectada para evitar cualquier riesgo de accidente.
No obstante, la mejor prevención es que la instalación sea realizada por una empresa confiable que otorgue garantía real sobre sus productos y pueda atender este tipo de demandas con rapidez, eficacia y profesionalidad.