Uno de los países que más destaca en la producción de energía solar en la actualidad, es la India. Con más de 1.366 mil millones de personas, en 2020 contaba con 35 de las 50 ciudades más contaminadas del planeta y Nueva Delhi, era la capital más contaminada del mundo. Por esta razón están impulsando una serie de innovadoras iniciativas basadas en la energía fotovoltaica, para disminuir los niveles de gases de efecto invernadero con aplicaciones en muchas industrias con el fin de fomentar el ahorro energético, y transformar la salubridad del país.
A día de hoy, es habitual encontrar puestos de comida con celdas solares para autoconsumo o trenes con paneles en la parte superior. Ya hace unos años que estos trenes circulan por el país reduciendo considerablemente la huella de carbono de la India. Con esta iniciativa se ha conseguido incorporar un 15% de energía limpia para este transporte y si bien puede parecer poco, ya se están reduciendo 200 toneladas de emisiones de CO2 cada año por cada tren que cuenta con paneles en el techo.
Estos trenes también son innovadores por su capacidad de inyectar electricidad a la red. Cuando están parados en las estaciones a la espera de que los pasajeros suban o por algún tipo de reparación, transmiten a la red eléctrica del municipio donde se encuentran el excedente de la energía que han recogido durante el trayecto contribuyendo con energía limpia en los lugares por donde pasan.
Desde 2017 hasta hoy, el país cuenta ya con 250 trenes de estas características apoyados con granjas fotovoltaicas. Pero sin duda no es el único país que está incorporando una red ferroviaria sostenible. El proyecto de El Tren de la Quebrada pretende unir el Lago Titicaca en Bolivia con el tren para turismo que une Cuzco con el Machu Pichu. Será el primer tren de energía solar de Latinoamérica con una longitud de 240 kilómetros de vías ferroviarias. El proyecto dicta que el tren se alimentará tanto de paneles fotovoltaicos como de baterías que se podrán recargar en las estaciones.
En Europa, Inglaterra también está apostando por proyectos de estas características. Ya cuentan con algunos avances como la estación Blackfriars en Londres, que se alimenta de energía solar pero no completamente. En Wessex, ya instalaron una prueba piloto que consta de 100 módulos fotovoltaicos y que dan para alimentar señalización e iluminación de todo el recorrido. La intención de los británicos es que este proyecto sirva como modelo para las nuevas instalaciones ferroviarias en el país y la modificación de las que ya existen.
Todas estas iniciativas, vienen impulsadas por proyectos como el túnel del sol, un techo de 4 kilómetros de longitud con la capacidad de alimentar una parte del trayecto de alta velocidad que une Bruselas y Ámsterdam con energía solar. El objetivo de este proyecto fue originalmente proteger las áreas naturales de la región, pero marcó un antes y un después en el futuro de los trenes y del turismo unido a este transporte.