Klaus Schwab, fundador y ejecutivo del Foro Económico Mundial, define la cuarta revolución industrial como una fusión de tecnologías que difuminan los límites entre lo físico, lo digital y lo biológico. Es bastante coherente pensar esto si tenemos en cuenta que la tecnología que está detrás de este histórico salto incluye la Inteligencia Artificial, Blockchain, computación cuántica, nanotecnología, robótica, Internet de las cosas (IoT), impresión en 3-D, vehículos autosuficientes y almacenamiento de materiales. computación cuántica, nanotecnología, robótica, Internet de las cosas (IoT), impresión en 3-D, vehículos autosuficientes y almacenamiento de materiales.
La velocidad, el impacto de los sistemas y el alcance están definiendo la nueva era tecnológica e influyendo tanto en nuestra forma de trabajar y hacer negocios como en nuestras relaciones y nuestra vida diaria. Algo tan simple como la automatización de procesos sencillos cotidianos ya sea en nuestra casa (mandar una orden a la cafetera con el smartphone desde el coche) o poder estar actualizados en tiempo real del tráfico de nuestra zona, nos cambia también la forma en que pensamos.
Esto no quiere decir que se nos vaya a olvidar como hacer nosotros mismos el café, igual que no dejamos de recordar la suma de cifras por usar una calculadora, pero nos ayuda a optimizar el tiempo y a aprovecharlo de forma más eficiente. El alcance de esta revolución es muy superior y mucho más rápido que en las anteriores de nuestra historia, y están provocando cambios de raíz en los sistemas de producción, gestión y políticas y estructuras de los gobiernos.
Países como México ya son conscientes de esta realidad inminente y están sabiendo poner la mirada en el futuro. Hace dos años se sumó a la estrategia que lanzaron países vanguardistas en tecnología como UK, Singapur o China de potenciar estrategias gubernamentales basadas en inteligencia artificial para impulsar el bienestar social y favorecer el crecimiento económico, siendo pioneros en América Latina.
Pese a que en la actualidad existe una gran incertidumbre por la crisis causada por el coronavirus, se estima que la tendencia es imparable en los próximos cinco años, donde el país americano podrá aumentar más de un 30% la inversión en el Internet de las cosas convirtiéndose en líder del continente latinoamericano de esta área. Pero no han sido una excepción. Chile y Colombia también están haciendo grandes esfuerzos en modernización, y Costa Rica cuenta con un nivel relativo de modernización muy alto que ha sorprendido no solo a todo el continente latinoamericano sino también a Europa.
México cuenta además con el ecosistema Fintech más grande de América Latina con casi 400 startups nuevas en este sector, contribuyendo en áreas como sistemas médicos inteligentes o conectividad de los hogares. NextCity Labs se siente orgullosa de poder aportar grandes soluciones, contribuyendo en áreas como sistemas inteligentes de alumbrado público o sistemas de monitereo. Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey ya han hecho importantes incorporaciones en referencia a las tecnologías de las smart cities, lo que nos da el indicador de que México supone un mercado muy interesante en este sector gracias al importante aumento de la inversión.
Los espectros referentes a la movilidad, la calidad del aire, la seguridad y la contaminación están siendo algunos de los protagonistas de esta revolución mexicana con proyectos financiados en parte por el sector privado y en parte por el público, poniendo en evidencia el cambio de valores también desde la perspectiva social y política. Esto está fomentando la aparición de nuevas empresas relacionadas con las energías renovables y los procesos sostenibles dejando en sus manos la gestión del futuro.
