Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es una medida crucial en la lucha contra el cambio climático, pero no constituye la única respuesta integral. Más allá de mitigar las emisiones, es esencial abordar la adaptación a los impactos inevitables y avanzar hacia fuentes de energía renovable. La lucha efectiva contra el cambio climático implica también combatir la deforestación, mejorar la eficiencia energética y promover prácticas sostenibles en diversos sectores. Este enfoque holístico es necesario para hacer frente de manera efectiva al desafío climático y construir un futuro más sostenible.
Un reciente estudio publicado en Oxford Open Climate Change alerta sobre la necesidad de abordar el cambio climático de manera integral. Pero no limitarse únicamente a la reducción de los gases de efecto invernadero. Desde hace dos siglos, diversas investigaciones han evidenciado que los gases de infrarrojos calientan la superficie terrestre, alterando la forma natural debido a la actividad humana.
El estudio
En 1965, Roger Revelle, pionero en el estudio del calentamiento global, señaló que la industrialización representaba un «vasto experimento geofísico» al liberar dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera mediante la quema de combustibles fósiles. En la actualidad, los niveles de CO2 han alcanzado niveles sin precedentes en millones de años.
Históricamente, la incertidumbre sobre el aumento de la temperatura global ante un determinado incremento de CO2 fue objeto de debate. Un estudio de 1979 concluyó que duplicar el CO2 atmosférico podría provocar un calentamiento de entre 1,5 y 4,5°C. Sin embargo, un nuevo análisis, basado en datos paleoclimáticos mejorados, sugiere que la sensibilidad climática es mayor de lo estimado previamente, proyectando un calentamiento de 4,8°C con el CO2 duplicado, superando la estimación de 3°C del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas.
Además, los autores del estudio destacan que gran parte del calentamiento proyectado por los gases de efecto invernadero en el siglo pasado ha sido contrarrestado por el efecto enfriador de los aerosoles de origen humano. Sin embargo, la disminución de los aerosoles desde 2010, debido a la reducción de la contaminación en China y restricciones globales a las emisiones de buques, revela el calentamiento previamente oculto.
A pesar de los beneficios para la salud humana derivados de la reducción de aerosoles. Los autores advierten que este fenómeno desencadenará un aumento del calentamiento. Prevén una aceleración del calentamiento global después de 2010, con una proyección de al menos 0,27°C por década. Superando el nivel de variabilidad natural del clima. Esto significa que se superarán los umbrales críticos de calentamiento global, como los 1,5°C y 2°C, en la próxima década.
Medidas
El estudio propone medidas urgentes para abordar el cambio climático. En primer lugar, aboga por aumentar los impuestos nacionales sobre el carbono y aplicar un impuesto fronterizo a productos de países que no adopten estas medidas. Además, sugiere respaldar la energía nuclear junto con las energías renovables. En segundo lugar, destaca la necesidad de que Occidente, principal responsable del cambio climático, colabore con naciones en desarrollo para facilitar trayectorias energéticas sostenibles. Por último, enfatiza la importancia de la investigación y desarrollo de acciones temporales. Para abordar el desequilibrio energético actual de la Tierra, incluso con los esfuerzos realizados hasta ahora.