Las smart cities serán una simbiosis entre tecnología y edificios “vivos”

Si el refrigerador, la luz de casa, el coche y no digamos el teléfono, están conectados y son dependientes de los cambios tecnológicos, ¿cómo es que los edificios siguen siendo bloques estáticos y grises de hormigón? Personas como la arquitecta Areti Markopoulou quieren poner fin a seguir en esta lógica y trabajan para dar soluciones tecnológicas con materiales inteligentes que conformen una simbiosis entre urbanismo y medio ambiente, abogando por una mayor eficiencia de las construcciones.

Edificios que se adapten a los cambios ambientales, al tipo de ciudadanos que viven en el área geográfica y sincronizados con las necesidades de cada lugar, es la apuesta de la arquitecta frente al inmovilismo actual de la urbanización. Según sus investigaciones los materiales que cambian de propiedades podrían volver más dinámicas las construcciones permitiendo por ejemplo que los edificios “respiren” ejerciendo como filtros de aire. Otros integran organismos vivos como bacterias o plantas con la capacidad de producir energía, y los hay como el Media-TIC de Barcelona que se oscurecen más o menos según el nivel de luz que hay del exterior.

Nuestro medioambiente está en permanente cambio. Según Markopoulou la tecnología está marcando las pautas de cómo vivimos en el entorno urbano sirviendo de ejemplos las aplicaciones con geolocalización, las de búsquedas de servicios o renta de autos y viviendas. Según ella la arquitectura no se está adaptando a estos nuevos ritmos y es necesario hacerlo a la par que van apareciendo nuevas necesidades de los usuarios. Tecnologías como la impresión 3D para acelerar los procesos de construcción, la realidad aumentada para revolucionar el diseño, o la utilización de la inteligencia artificial programada capaz de aprender cómo viven las personas, puedan predecir condiciones ambientales y tomar decisiones de forma autónoma.

Para la arquitecta, otra de las claves en el concepto de las smart cities es que cada una debe tener su propia personalidad. El proyecto Leading Cities donde ejerce como asesora se dedica a buscar qué necesidades tienen las ciudades y qué soluciones tecnológicas pueden paliarlas, de modo que cada una sea diferente. Porque en palabras de la tecnóloga urbana, “es muy importante analizar el contexto de la ciudad y evitar hacer un copia y pega”.

Pone el ejemplo de China, que está a la cabeza de la vanguardia tecnológica pero carece en muchas ciudades de infraestructuras básicas, lo que pone de manifiesto diferencias que otras ciudades de otros países no tienen, por lo que las soluciones o la aplicación de tecnología enfocada a las smart cities, tiene que ser a la medida. Areti Markopoulou, apuesta por construcciones que tengan sistemas de generación de energía basados en compuestos biodegradables y naturales, y afirma que el futuro está en la simbiosis y el equilibrio entre naturaleza y factores humanos. Materiales naturales biodegradables capaces de actuar por sí mismos sin necesidad de conectividad, y sensores y tecnología para gestionar los datos que implica una smart city.

En definitiva, buscar que los espacios urbanos se adapten dinámicamente a los cambios del entorno. Otro de los cambios devenidos de la implantación de este tipo de estructuras es responder a los desafíos del crecimiento demográfico, y que todas las personas puedan tener un hogar eliminando los conceptos de construcciones marginales y cambiándolos por ciudades inclusivas y sostenibles.