El reciclaje como gran reto de la energía solar

Uno de los grandes problemas que enfrentamos no solo desde el punto de vista empresarial sino también desde el ambiente social, es el de haber aceptado la sociedad de consumo, el ciclo de usar y tirar y la obsolescencia programada. Reducir los residuos es de vital importancia en todos los sectores para revertir la situación climática y porque los consumidores están cada vez más conscientes de que este modelo no es sostenible.

Es por ello que, en la industria solar fotovoltaica, buscamos soluciones continuamente a esta problemática haciendo productos cada vez más duraderos, así como formas de reutilizar los componentes una vez se acaba la vida útil de los paneles fotovoltaicos empujados por una idea de economía circular acorde con la filosofía SmartCity.

En muchos países cuando un panel solar llega al fin de su utilidad, pasa por un proceso de descomposición donde los marcos, conexiones, el cableado y el resto de componentes se separan aislando el módulo que pasa a romperse en una trituradora. Los materiales que no pueden separarse como el silicio, algunos metales, plásticos y diferentes tipos de vidrio van directamente al vertedero. Según científicos de la Universidad de Nueva Gales que realizaron un estudio en este campo, es un método muy efectivo en cuanto a costos de procesamiento y es poco agresivo en impacto ambiental.

Aunque van incorporando procesos de reubicación de materiales al ámbito de la energía solar todavía queda mucho por avanzar. En este momento se está evitando que los materiales que se recuperan lleguen tal cual a los vertederos, pero sigue habiendo una falta de procesos de extracción que resulten rentables para el resto de materiales a la hora de reincorporarlos de nuevo a otro panel solar. Es decir, se reciclan varios materiales pero son destinados a otras áreas o industrias.

De hecho, varias estimaciones apuntan que hasta el 88% de un panel solar puede reciclarse. Los últimos tres años han estado plagados de acontecimientos alentadores en este sector. Ya existen procesos que purifican el silicio de los paneles solares dándoles forma de lingotes de donde extraer la plata, el plomo y otros metales que contienen los módulos. Aún así, nosotros apostamos por materiales más sustentables en nuestros productos como el teluro de cadmio (CdTe) notablemente menos contaminantes.

Separar los componentes no es tarea fácil si tenemos en cuenta que los módulos solares no están pensados para desmontarse, debido a que su construcción se enfoca en alcanzar la mayor vida útil y deben soportar inclemencias temporales, altas o bajas temperaturas y en general deben contar con una robustez considerable para estar en el exterior. Una vez desarmados, la trituradora hace el resto. Pero los componentes como el acetato de vinilo que llevan algunos dispositivos hay que tratarlos con otras consideraciones para que no impacten al ambiente, por ejemplo, convirtiéndolo en gas mediante pirólisis o quemado bajo oxígeno.

Las obleas son uno de los componentes más caros de los sistemas fotovoltaicos por lo que recuperarlas tiene un incentivo económico ligado al ambiental en este caso. Por el momento y según algunas estimaciones, el costo por kilo para recuperación y purificación de silicio para reinsertarse en la cadena de suministro es de aproximadamente 50 dólares, suponiendo uno de los mayores desafíos económicos del sector.

Por el momento hay un volumen bastante bajo de estos residuos así que se ve limitado el desarrollo de procesos y negocios en torno al reciclaje de materiales de sistemas fotovoltaicos. De la misma forma, esta falta de procesos limita la capacidad de la industria para poder reciclar más cantidad de estos residuos, pero dado el alza del mercado y del posicionamiento de la energía solar como las más limpia del panorama, estos procesos se van a ir depurando hasta encontrar un sistema sustentable y rentable para las empresas dentro de muy poco tiempo.