El autoconsumo energético es una tendencia cada vez más en alza que no se puede pasar por alto en la industria de las energías renovables. Aunque la transformación iba lenta hasta ahora, cada vez son más las personas que quieren optar por estos sistemas no solo por el ahorro que suponen, sino por una adquisición de conciencia con el entorno cada vez más presente que define en el espectro del hogar un potente nicho de mercado.
La implantación de placas solares en comunidades de vecinos puede llegar a suponer un ahorro de hasta el 70% en la factura de la luz, un porcentaje bastante llamativo y más todavía en tiempos de crisis. No es ningún secreto que la generación autónoma de energía está cobrando especial interés para usos particulares, y prueba de ello es que las políticas empiezan a ser más abiertas en este ámbito, lo que augura que el camino hacia el futuro pasa por ser más sostenibles con el medio ambiente.
Muchos edificios pensados en la filosofía Smart City (conocidos como Building Integrated Photovoltaics o por sus siglas BIPV) ya cuentan con sistemas de módulos fotovoltaicos que forman parte del edificio sustituyendo materiales convencionales, y se utilizan como techos, paredes, fachadas y otras partes para aprovechar la energía solar y se autónomos.
Es lógico que hace poco más de 10 años los usuarios no pensaran en esta opción energética, ya que el precio de las placas solares rondaba los 700 euros y conseguir el permiso no era tarea fácil. Pero en la actualidad, los paneles fotovoltaicos rondan los 70 euros y las autorizaciones no suelen tardar más de un mes.
Una de las razones que ha impulsado aun más la tendencia de la instalación de placas solares en comunidades de vecinos, ha sido el inesperado home office. Trabajar desde casa significa pasar más horas conectado gastando recursos eléctricos, lo que muchos han notado especialmente en su bolsillo. Y es que el teletrabajo ha resultado ser una fórmula exitosa que muchas empresas están abrazando de cara a lo que llaman la nueva normalidad.
Pero el autoconsumo va mucho más allá de la energía solar. Otras energías limpias como la eólica, geotérmica o la aerotécnica también se utilizan en la gestión propia de recursos energéticos.
Tanto trabajadores como corporaciones están disfrutando de ventajas y alternativas laborales más versátiles, lo que está suponiendo un cambio en las dinámicas de trabajo que viene para quedarse en muchas industrias por los beneficios para ambas partes.
De vuelta a las ventajas del autoconsumo energético, cabe destacar que no es solamente una cuestión económica. Aporta otros beneficios importantes a tener en cuenta, como que no genera contaminación y además contribuye a la creación del denominado empleo verde. Y es que los grandes cambios comienzan por pequeñas acciones. El hecho de contar con una instalación fotovoltaica en vez de convencional en una comunidad, supone mejorar la calidad del aire de dicha comunidad y se reducen drásticamente las emisiones de gases contaminantes.
Pero el autoconsumo va más allá de la vivienda. Las instalaciones fotovoltaicas en plantas agrícolas e industriales también están revolucionando el consumo y suponen un ahorro sustancial en los gastos empresariales teniendo en cuenta el volumen de recurso energético que demandan para realizar sus actividades laborales. Es un factor que va a promover la igualdad entre las empresas y va a disminuir las emisiones si se extiende con prontitud.
Para este año, las previsiones de los analistas de Wood Mackenzie analizaron el sector y determinaron que el precio de la energía solar seguirá bajando, habrá un crecimiento internacional en transición energética, crecerá el compromiso de las corporaciones con la energía solar porque económicamente les conviene y el almacenamiento solar será una solución para mercados emergentes.