Las energías renovables desempeñan una función esencial en la transición hacia sistemas energéticos libres de emisiones para contrarrestar el cambio climático. La energía solar y la eólica son las más utilizadas, pero los planos de desarrollo se ven obstaculizados por la intermitencia de su producción, debido a la diversidad natural de las condiciones ambientales.
Un equipo de investigadores liderado por la Universidad de Murcia y la Plataforma Temática Interdisciplinar (PTI) Clima y Servicios Climáticos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desarrolló una estrategia basada en el análisis del uso de energías renovables. El objetivo es planificar la utilización de las instalaciones eólicas y fotovoltaicas de manera óptima, maximizando su complementariedad espacial y temporal para reducir las fluctuaciones de ambas energías.
El desarrollo de este innovador estudio se ha realizado con la creación de la herramienta: Climax. Este sistema es capaz de identificar la variabilidad temporal de ambos recursos, solar y eólico, para determinar la mejor tecnología para determinados lugares. El principal objetivo de este sistema es encontrar una región donde se pueda optimizar ambas energías conjuntamente.
Aunque esta nueva herramienta sea piloto ya pone en marcha una innovador forma de complementar energías a las que se les dificulta la producción por las condiciones climáticas.