La industria de las smartcities recibirá inversiones masivas tras las pandemia

Según David Boyd, relator especial de la ONU en derechos humanos y medioambiente, después de la crisis del coronavirus tendremos motivos de sobra para hacer especial hincapié en resolver los problemas devenidos del cambio climático, y reconstruir las sociedades en un espectro más sostenible. Boyd lo ve como una buena oportunidad para impulsar políticas ambientales serias y sostenibles que de verdad reduzcan el Co2 de la atmósfera, y posicionar las energías renovables como motores principales de la generación de energía.

Estos objetivos destinados más allá de los acuerdos de París, se sostienen en acciones concretas como la promoción de los empleos verdes, un crecimiento urbano responsable con el medioambiente y un estilo de vida y modelo social más sostenible y respetuoso.

Esta corriente predominante de pensamiento (pues el modelo energético predecesor está obsoleto), es una excelente noticia para la industria de las renovables en general y para todas las que tienen que ver con la promoción de las smartcities. Un reporte reciente de la organización Energía Limpia XXI planteaba un escenario muy interesante y beneficioso pospandemia con importantes oportunidades de cambios de sistemas en torno a paquetes de estímulo económico para inversiones en energías renovables, edificios inteligentes o transporte público sostenible.

Estos resultados no son de extrañar si tenemos en cuenta otro análisis redactado por IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables) del que vale la pena extraer que la capacidad de generación de energía renovable para el 2020 tuvo un aumento del 7,4% respecto al año anterior. Este indicador es bastante bueno y con la caída de los precios del petróleo, refuerza la idea de que las renovables están ganando terreno de forma acelerada.

Pero definitivamente si hay un acontecimiento que respalda el auge de un sistema político y social más verde, es la alianza masiva europea de empresarios, políticos, sindicatos, banca y ONG que han acordado que la lucha contra el cambio climático será el epicentro de la estrategia económica para salir de la crisis que dejará el covid-19. Acciones sustentadas en principios ecológicos con inversiones masivas en estas áreas serán protagonistas en la recuperación de la economía.

Así lo manifestaban en la recién constituida Alianza Europea para una Recuperación verde, que promete ser un punto de equilibrio entre política, economía y sostenibilidad. Uno de sus principales objetivos a corto plazo es desenganchar la economía dependiente de los combustibles fósiles para todo el continente, lo que puede resultar un modelo a seguir en otros países. En este acuerdo se encuentran nombres tan controvertidos como Enel, Iberdrola, WWF o Birdlife.

Su presencia indica el posible inicio de una revolución verde duradera con proyectos sólidos a largo plazo que cambien el sistema económico. Desde la lucha contra las emisiones hasta la transformación del sector agroalimentario se ven contemplados en este tipo de pactos destinados a mejorar los sistemas productivos con modelos menos agresivos y más optimizados, y creando empleos de forma masiva para también combatir la desigualdad del sistema anterior.

Hemos podido ver que hace 10 años la energía eólica costaba 3 veces más que ahora, y la solar, se multiplicaba por 7. Actualmente, gracias a la optimización de estos sistemas son recursos totalmente al alcance de la mano, y económicamente sostenibles.

Este boom de las energías renovables será sin duda protagonista para recuperación de la economía y la mejora de la sociedad no solamente en Europa, sino en todo el mundo. Los bonos verdes por ejemplo, alientan a la inversión sostenible en América Latina y a una explotación responsable de los recursos. Estamos asistiendo ahora sí, a la verdadera revolución verde.