El Covid-19 puede acabar con la industria petrolera

El virus covid-19 ha entrado a formar parte de la crisis económica y se ha convertido en un factor de la recesión mundial que estamos viviendo en este momento. Si apenas estábamos viendo luz respecto a la recuperación económica, el coronavirus ha detenido todo aquello que estaba remontando. Pero es cierto que unos sectores se han resentido más que otros.

La industria petrolera es un ejemplo de ello. La competencia entre Arabia Saudí y Rusia en la guerra de precios y extracción de petróleo, bajó los precios a niveles inesperadamente bajos provocando una primera crisis en la venta del crudo, pues los costos de extracción y distribución estaban empezando a superar las ganancias obtenidas de este recurso, situación en la que se encuentran muchos yacimientos en este momento según el gigante bancario Goldman Sachs, y algunos ya están pidiendo un rescate a los gobiernos, o la nacionalización progresiva de la industria.

Pero el Covid-19 ha provocado sobre todo una importante crisis en los sectores del transporte, especialmente en el transporte aéreo. Ha disminuido notoriamente el número de vuelos y desplazamientos por el cierre de las fronteras y las políticas de prevención al contagio, por lo que la demanda de crudo ha caído sin que nadie lo pudiera predecir. Esto puede significar la transformación de la industria petrolera, bien para su acelerada extinción o para el disparo de su demanda finalizando la crisis sanitaria. Opiniones, hay de todos los tipos, pero se está hablando mucho de cómo se va a alterar para siempre el curso de la crisis climática.

Teniendo en cuenta que vamos hacia políticas severas de cero emisiones, esta industria tiene mucho que perder frente al enemigo invisible. Sin demanda, no merece la pena la extracción. Sin extracción, no hay negocio. Además, el costo de producción de energía solar y eólica sigue estando por debajo del de los combustibles fósiles, lo cual añade otra desventaja al sector del crudo. Las nuevas generaciones cada vez se mueven más en conjunto.

Prueba de ello son los esfuerzos por mejorar el transporte público, o las estrategias de compartir coche y viajes. La concienciación sobre el cambio climático unido a la economía ha dado sin duda sus frutos, lo que ha disminuido también la demanda de petróleo en los últimos años. Así que puede que los optimistas de este negocio tengan que enfrentarse a cambios sociales además de la crisis económica y de salud, para salir tablas con sus ganancias.

Así lo afirma Valentina Kretzschmar, directora de investigación corporativa en Wood Mackenzie. Ella pone en el punto de mira en la guerra de precios y en el Covid-19 como los factores principales que han tambaleado el sector petrolero y del gas, reconociendo que ya hay compañías al borde de la supervivencia. Ella misma también sentenció a este sector asegurando que cada vez genera menos simpatía en los inversores, que apuestan más por empresas con valores de responsabilidad social y ambiental.

Y es que al final, el propósito de las inversiones de capital es crear bienestar y riqueza, cosa que no se puede hacer destruyendo el entorno y los recursos de los cuales disponemos. Sin embargo, hay otras opiniones un poco contrapuestas a que la crisis del petróleo beneficiará inmediatamente a la crisis climática.

El profesor de política energética de la Universidad de Oxford  Dieter Helm, explicaba que puede ser que el negocio del crudo remonte ya que su precio va a ser muy económico y la demanda alta, y que la experiencia de la industria y las necesidades que se van a percibir una vez acabe la crisis, pueden ser valores positivos para su consumo, retrasando su desaparición o migración total a la industria de las renovables.

Por otro lado la inversión de los gobiernos para resolver la crisis del coronavirus, está siendo astronómica. Este esfuerzo económico a base de préstamos bancarios también tendrá su repercusión en la recuperación de las economías. De invertir en energía, parece que ganan las sostenibles ya que hay muchos protocolos como el Green Deal o el Faith Birol que acordaron cumplir para bajar las emisiones y hacer el sector industrial más ecológico. Este factor sumado a que las renovables son más económicas, serán determinantes para ver qué estrategias va a seguir esta industria para su supervivencia.

La otra pieza en el debate, es cómo se realizaría un rescate público de dicho sector. Lo ideal aseguran los de la industria sería migrar a un modelo de  participación pública orientado en los valores de la responsabilidad social y ambiental, manejando mientras la transición hacia la eliminación total de los combustibles fósiles. De esta forma supuestamente se reduciría la producción paulatinamente permitiendo una reubicación justa de las personas que trabajan en la industria del crudo. Aún así tendremos que esperar para saber algo más acerca del futuro del sector, pues no hay una fecha para la resolución de la crisis sanitaria.