Así se ilumina el corazón del Amazonas

El paso más importante a la hora de iniciar un proyecto es el primero y los jóvenes latinoamericanos lo tienen claro. Hemos asistido en lo que llevamos de siglo a la invención continua de todo tipo de sistemas para dotar de recursos a zonas rurales y de difícil acceso, y Ecuador no es una excepción.

Como bien es sabido en muchas ocasiones los grandes cambios y las grandes ideas vienen del intento de cubrir necesidades que las corporaciones a veces no son capaces de ver.  Prueba de ello es esta novedosa iniciativa de tres jóvenes ecuatorianos que buscan llevar la electricidad a las zonas más remotas del Amazonas.

Los ya licenciados del Yachay Tech han recibido todo tipo de reconocimiento nacionales e internacionales por su invento Energy Ball, una esfera que concentra la luz del sol directamente en una célula solar flexible hecha con materiales sencillos que logra generar hasta cinco voltios siendo capaz de cargar un teléfono y encender una bombilla.

Se trata de una esfera de plástico llena de agua que enfoca la luz a un panel solar y está sujeta a una base de madera. Está conectado a una pequeña batería portátil que almacena la energía.

Este prototipo se encuentra ahora en fase de desarrollo y sus creadores están buscando financiación para poder adaptarlo a las necesidades de distintas comunidades ampliando su tamaño y su potencia. La intención del equipo es llegar hasta el corazón de la Amazonía ecuatoriana y mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales dotándolas de luz y electricidad.

Con ello pretenden dar un primer paso para combatir la falta de educación de muchas comunidades que no tienen acceso a la energía. Energie Ball a diferencia de los paneles solares comunes que alcanzan un rendimiento de conversión del 20% aproximadamente, puede lograr hasta un 40% siendo más económico que la instalación de los paneles en una comunidad.

Gracias a que la masa interna está compuesta de agua, es posible la intensificación de los rayos del sol, sin importar la dirección de la cual provengan (por lo que se puede utilizar a cualquier hora del día).

Uno de sus objetivos es el de adaptar el modelo para que sea capaz de generar energía para encender cinco bombillas. De este modo los jóvenes podrían conectar sus aparatos y estudiar en sus casas, además de contar con electricidad para el hogar en la noche. Tienen previsto hacer algunas pruebas en Cuenca, Guayaquil, para evaluar las necesidades y adaptar los futuros prototipos.

El equipo ha estipulado un precio de fabricación por sistema no mayor a 30 dólares con el fin de que sea asequible para las familias rurales. Su mantenimiento también es totalmente asumible por las familias, ya que solamente precisa de un cambio de agua a fin de que no se acumulen partículas que puedan impedir el correcto paso de la luz.

El futuro está en las mentes de los jóvenes que abogan por la creación de un mundo más justo y accesible, reciclando materiales y poniendo como prioridad el bienestar social y el acceso igualitario a la educación y la tecnología.