Aprovechar más la comida gracias a la refrigeración sostenible

Las cadenas de refrigeración sostenibles pueden ser un método muy eficaz para reducir el desperdicio alimentario y combatir de esta manera al cambio climático. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han publicado un informe en el que se explica cómo los países en desarrollo podrían ahorrar hasta 144 millones de toneladas de alimentos desperdiciados cada año. Esto equivale a unos 30 kilogramos por persona al día y a aproximadamente el 70% del suministro mundial de alimentos previsto para 2050.

Los principales objetivos de estas dos agencias pertenecientes a la ONU se trata de proporcionar medios de vida a las comunidades y luchar por el cambio climático, a través de una mayor inversión en cadenas de frío alimentarias sostenibles.

Además, este sistema es fundamental para mantener la calidad de vida de las personas en cuando a la nutrición y seguridad de los alimentos, esto último porque consideran que el 14 % de los alimentos no llegan al consumidor final.

El centro del problema

El desperdicio de alimentos cada día crece más y se convierto en una energía de carácter internacional. En el año 2021 se estiman que 828 millones de personas pasaron penurias, 46 más que el año anterior.

El informe de la ONU explica que los países en vías de desarrollo gracias a la nueva implementación del proyecto de refrigeración sostenible se podrían ahorrar hasta 144 millones de toneladas de alimentos al año. Además, también se considera que podrían alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

No obstante, los resultados ya se están haciendo notar en países como en India. En el informe que proporciona la propia ONU se incluyen recomendaciones como la cuantificación del uso de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero en las cadenas de frío de alimentos existentes.

El cambio climático

La cadena de frío tiene complicaciones para el cambio climático y el medio ambiente. Además la perdida de alimentos también produce un aumento en la conversión innecesaria de tierras para fines agrícolas, así como el uso de agua, combustibles fósiles y energía.

Reducir el desperdicio de alimento puede suponer un impacto positivo en el cambio climático, siempre y cuando se tenga en cuenta una buena infraestructura que utilice gases con un bajo potencial de calentamiento global.