Narrowband-IoT. El futuro de la conectividad

Las innovaciones digitales que se esperan en la industria 4.0 están destinadas no solamente a aumentar la capacidad económica sino a convertir las ciudades en espacios inteligentes aumentando la calidad de vida de las personas. Los grandes problemas del planeta tienen soluciones en parte digitales con formatos y métodos que agilizarán los sistemas de monitoreo de muchos procesos provocando respuestas más rápidas a dichos conflictos, como pueda ser la regulación de la contaminación en una ciudad.

Pero mirando un poco más allá, se prevé un futuro donde prácticamente todo esté conectado. Si conectamos el cepillo de dientes a la red nuestro dentista puede recopilar datos útiles para un posible tratamiento y puede dar un seguimiento del estado bucal de una persona. Igual ocurre con dispositivos que ya están en fase de prototipo para controlar pacientes con enfermedades crónicas en tiempo real.

En el ámbito de la energía, los sensores del alumbrado público recogerán datos para establecer las horas de uso de las luminarias según el volumen de tránsito de una calle para no derrochar energía, que obviamente provendrá de fuentes renovables.

El papel de la Narrowband-IoT y otras como LoraWan o Sig-Fox va es clave para estandarizar el flujo de pequeños paquetes de datos a través de la red con la que conectar dispositivos (como los de control de la salud, electrodomésticos, sensores de riego en invernaderos o controladores de temperatura y emisiones por poner algunos ejemplos). Estas tecnologías denominadas low-power wide-area networking (LPWAN) permiten comunicaciones entre dispositivos en pequeños paquetes de datos con un alto rendimiento de la batería por su pequeño tamaño.

Una de las tecnologías de comunicación más populares en la actualidad es NB-IoT que a diferencia de Sig-Fox o LoraWan, no necesita de nuevas antenas ni de una nueva red. Basta con actualizar el software de los dispositivos y de forma automática se podrá utilizar esta tecnología. Otra diferencia es que es bidireccional, lo que quiere decir que puede recibir y enviar información sin limitaciones.

Las ventajas de la aplicación de esta tecnología son muy numerosas. Además de las ya mencionadas respecto a que no necesitan una arquitectura nueva y consumen muy poca energía, tiene un alcance mucho mayor en interiores y exteriores y su conectividad está ratificada por el 3GPP.  Cuenta con garantías de seguridad gracias a la doble autenticación y una fuerte encriptación, y el coste por componente una vez se instale en el mercado será bastante económico. Se estima que mediante este sistema puedan conectarse más de 100.000 conexiones por red celular y un gran número de dispositivos conectados al mismo tiempo.

Esto se traduce en un boom de posibilidades respecto a las ciudades inteligentes donde diferentes factores desde el tráfico, el estacionamiento, el alumbrado, la contaminación, los edificios, los recursos (agua, luz gas, internet público etc.) se someten a un proceso de optimización para lograr espacios más eficientes. Los edificios también verán esta transformación con mejores condiciones de seguridad (por ejemplo, sistemas para robos o incendios) y serán mucho más sostenibles gracias a la conectividad que permite la recopilación de datos.

Pero no sólo las ciudades se verán beneficiadas. Las industrias agrícolas y ganaderas se transformarán en granjas del futuro con variedad de soluciones inteligentes que permitirán una labor autónoma y más eficiente.

Desde localizar personas, animales o cosas, hasta conectar todos los sistemas de transporte de una ciudad o monitorear la salud por medio de los electrodomésticos o gadgets cotidianos, la tecnología Narrowband-IoT va a suponer un impulso considerable en el alcance de la condición de ciudades inteligentes o smartcities.