La arquitectura bioclimática. Un pilar fundamental de las Smart cities

Seguramente eres consciente de que la forma y los materiales de las construcciones son diferente según el clima y las condiciones de cada lugar. Tejados planos o en pico, revestimientos de cemento o madera, claraboyas que dejan pasar la luz del sol o árboles que dan sombra en lugares estratégicos, son ejemplos de que las construcciones bioclimáticas no son un invento de nuestro tiempo.

Pero es cierto que ahora tenemos más elementos para hacer las construcciones de una manera más consciente y respetuosa con el entorno, y más adaptado a las necesidades reales de las personas.

Pero, ¿Qué es la arquitectura bioclimática? Este término hace referencia a un diseño y construcción de edificios que considera las condiciones del ambiente para aprovecharlas en beneficio de las necesidades de sus habitantes, teniendo siempre en cuenta la relación entre el clima y los seres vivos.

Evitan el uso de materiales contaminantes apostando por los autóctonos de la región y se nutren en la medida de lo posible de energías renovables. Se caracterizan porque su diseño está milimétricamente calculado para aprovechar la luz y la ventilación natural.

De esta forma se minimiza mucho el gasto de energía controlando de forma inteligente el uso del espacio (adiós a los espacios muertos o meramente decorativos de las casas) y la huella de carbono en la industria de la construcción usando materiales como madera, piedras o fibras. Pero sin duda uno de los elementos más importantes es el uso de materiales inteligentes y de energías renovables.

La tecnología BIPV permite que tejas, ventanas y otras partes recojan energía solar para el uso doméstico reduciendo el consumo de la red general y favoreciendo por un lado la estética, y por otro la optimización de los recursos (las celdas solares forman parte de la casa y no ocupan un espacio a parte ni mantenimiento).