Fases de carga y descarga de las baterías LiFePO4

Existen multitud de razones por las que apostar por una batería de litio LiFePO4 como su rendimiento electroquímico con baja resistencia, un ciclo de vida más largo que el de otras baterías, alta tolerancia o su estabilidad térmica, además de soportar mejor una condición de alto voltaje y de que el voltaje de las baterías de litio en general, es bastante más estable con respecto a otras tecnologías.

Para evaluar su vida útil y tenerlas en condiciones de seguridad adecuadas es preferible conocer su proceso de carga y descarga ya que es lo que va a determinar el estado de dicho componente a futuro.

Las baterías de litio ferroso tienen dos fases de carga conocidas como etapa Bulk y etapa de absorción.

En la primera etapa, los reguladores o controladores de carga van a entregar niveles de corriente máximos y constantes (comportamiento de una fuente de corriente) mientras se llega al nivel de tensión nominal de la batería.

En la segunda fase, o etapa de absorción, el controlador se convertirá en una fuente de voltaje, entregando la corriente necesaria en función de que dicho voltaje permanezca estable (3.2Vdc/celda). La absorción termina una vez el voltaje se incrementa en unos valores por encima de su voltaje nominal (hasta 3.6Vdc/celda), terminando así el proceso de carga.

Una vez se llega al 100% de la carga de la batería, ésta podría encontrarse entregando pequeñas cantidades de energía a sus cargas. A fin de no descargar la batería de forma rápida, el controlador se pondrá en modo flotación, entregando pequeños niveles de corriente al voltaje de flotación (voltaje nominal de la batería), permitiendo que ésta a su vez se mantenga lo más cargada posible.

En definitiva, en la etapa de flotación se mantiene la batería cargada mientras haya la posibilidad de hacerlo (cuando una fuente como la energía solar está presente), y a su vez, durante ese mismo momento se esté sacando alguna energía para alimentar alguna carga a través del inversor.

Poniendo como ejemplo una batería LFP con voltaje nominal de 25.6Vdc, durante su proceso de descarga, el cuál puede llevarse a cabo a diferentes velocidades (0.3C, 0.6C, 1C), el voltaje de la batería va a permanecer muy constante respecto al valor nominal. Cuando la batería se encuentra cargada en un 100%, el voltaje equivale a un valor por encima de su nominal, en este caso, se acerca a los 27.4Vdc. A su vez, cuando se encuentra cargada en niveles inferiores al 20%, el voltaje comienza a ser cada vez menor al nominal.

Sus múltiples ventajas han posicionado a las baterías de litio ferroso en diferentes mercados. Ya son comunes para uso doméstico a la hora de almacenar energía en el hogar procedente de plantas fotovoltaicas y diversos sistemas de autoconsumo. Su uso también se ha popularizado en los sistemas de iluminación alimentados con energía solar puesto que su capacidad de controlar un LED únicamente desde una celda elimina la necesidad de soportes para la batería lo que erradica los posibles problemas derivados de la corrosión o suciedad relacionados con algunas baterías extraíbles.

El ámbito del transporte también se ha visto beneficiado de la aparición de este tipo de baterías. Desde bicicletas hasta maquinaria industrial pasando por los coches eléctricos son susceptibles de instalar una batería y dado que las tasas de descarga son ideales para el proceso de aceleración teniendo un peso menor y una vida útil más extensa, la convierte en una buena candidata para la movilidad.