La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ha publicado su último informe anual sobre el progreso hacia el objetivo siete de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU. En él estima que 670 millones de personas seguirán sin electricidad en 2030, y más de 2 mil millones seguirán utilizando métodos insalubres y contaminantes.
El objetivo 7 del ODS, establecido en 2015, señala que el acceso a energía asequible, fiable, sostenible y moderna debe ser para todos en el año 2030. Incluso en esta demanda se concreta los objetivos de proporcionar acceso universal a la electricidad, mejorar la eficiencia energética y acelerar el despliegue de energía limpia, y de financiarlas.
Sin embargo, el documento sobre los fondos para el ODS 7 se frenó en todos los países del mundo, excepto en Oceanía en el año 2019. En esa región, se aumento la financiación de 77 millones de dólares a 132 millones de dólares, y se dedicó principalmente a la capacidad de generación solar, según el informe.
Por su parte, la financiación para la energía solar se redujo a más de la mitad en Asia occidental y el norte de África en 2019, de 1.000 millones de dólares el año anterior a 460 millones de dólares, lo que ayudó a impulsar una reducción total anual del 22 % en la financiación del ODS 7.
Por estos motivos y el aumento de los precios de la energía, hizo que 90 millones de personas en Asia y África que anteriormente tenían acceso a la electricidad no pudieran pagarla en 2021. Según el informe de Irena para cumplir con el ODS 7 se requirirá 100 millones de nuevas conexiones por año, para alcanzar el acceso universal a la electricidad.
El continente africano el mayor perjudicado
En la parte de África subsahariana experimentó solo una reducción del 1,7 % en la financiación del ODS 7 de 2018 a 2019. No obstante, el estudio señaló que Guinea, Madagascar, Malawi y Mozambique vieron aumentar la proporción de sus poblaciones sin acceso a la electricidad, de 2018 a 2020. Por su parte, la investigación añadió que solo el 12% de las personas en Burundi tenía acceso a la electricidad en 2020, solo el 11% en Chad y solo el 7% en Sudán del Sur.
En el año 2019 las zonas de Chad y Timor Oriental recibieron financiamiento del ODS, después de un año de ausencia. Mientras que, Santo Tomé y Príncipe, Eritrea y Kiribati no recibieron nada para impulsar el objetivo de desarrollo en 2019.
El documento de Irena indica que el 21 % de la financiación de energía renovable en 2019 se destinó a la energía solar, frente al 24 % del año anterior, al 28 % en 2012 y al máximo del 51 % en 2016, impulsado en gran medida por proyectos respaldados por International Finance Corp. rama del sector privado del Banco Mundial.
Cada año se ha ido reduciendo el dinero que se destinaba para cumplir las metas de ODS 7 siendo en 2019 de los más inferiores, 10.900 millones de dólares. Según el informe, se podría deber a que parte de las naciones donantes desvían efectivo a sus gastos de Covid-19 y que el 90% de los 710 mil millones de gastos de Covid relevantes para el ODS 7 se destinaron a economías avanzadas.
Los retos del futuro
En el futuro hay diferentes puntos que se quiere alcanzar de manera global, como es llegar a una economía global con cero emisiones netas de carbono para 2050. Ello requerirá una financiación que alcance los 4 billones de dólares por año para 2030 y limitar el aumento de la temperatura global promedio de este siglo a 1,5 grados centígrados, que requerirá casi 5 billones de dólares por año hasta 2030.
En cuanto a la financiación de proyectos de energías renovables debe alcanzar entre 1 billón y 1,7 billones de dólares anuales. Además, según el informe del Irena, se necesita esfuerzo en los sectores de calefacción y transporte para igualar los logros hasta la fecha en la generación de electricidad limpia.