Los combustibles sintéticos son la base de la descarbonización

Eliminar la dependencia de los combustibles fósiles y la captura de Co2 para su uso como materia prima, forman parte de las principales investigaciones en materia tecnológica. Un paso lógico es el de llegar a generar productos como combustibles, elementos para la construcción o compuestos químicos utilizados en el ámbito mecánico o en la industria del mueble, con una huella de carbono nula.

Es decir, sin aumentar los niveles de Co2 que copan el planeta. Más bien totalmente al contrario. Como afirma F. Pelayo García de Arquer, miembro del equipo de investigadores de la Universidad de Toronto encargado de desarrollar una novedosa celda de combustible que aprovecha la electricidad para generar valiosos productos químicos a partir de desechos de Co2, vamos camino de utilizar estos desechos y energías renovables para producir estos productos, lo que por un lado, no sólo no aumenta la huella de carbono ya que todo el proceso es totalmente sostenible y sin emisiones, sino que la reduce porque una de las materias primas es precisamente el carbono.

La celda de combustible que están desarrollando en Toronto funciona a la inversa que las convencionales. Éstas transforman los químicos en electricidad generalmente, pero las nuevas aprovechan la electricidad y los residuos del carbono para generar productos químicos diez veces más rápido que otras versiones estudiadas con anterioridad. Ted Sargent, uno de los autores del artículo sobre este sistema en la revista Science, define que la innovación del proyecto radica en la utilización de moléculas basadas en el carbono para conectarse de forma directa a la infraestructura de los actuales hidrocarburos.

El uso de electrolizadores también tiene su parte novedosa en este asunto, pues es lo que permite utilizar la electricidad para impulsar la reacción química requerida y convertir por ejemplo el Co2 en etileno, que también está basado en el carbono pero que actualmente se deriva de combustibles fósiles. Todavía no se produce a una escala tan grande como para competir con el derivado de los combustibles fósiles pero es el siguiente paso en los estudios.

No obstante los investigadores han conseguido llevar a cabo este proceso y no solo con el etileno como resultado, sino también con otros productos de alto valor comercial, mucho más rápido que antes y sin reducir la  efectividad del reactor, lo que genera más producto sin aumentar el costo económico. Para superar el reto de unir los reactivos necesarios, utilizan un polímero llamado Nafion, un ionómetro conductor de iones que facilita el transporte de gases como el Co2.

Otro novedoso ejemplo de la prioridad de eliminar o reducir la descarbonización es la “hoja artificial” desarrollada por un equipo de la Universidad de Cambridge que produce lo que han denominado como gas de síntesis con energía totalmente renovable, pues se alimenta de luz solar y no libera nada de dióxido de carbono a la atmósfera. Así lo han publicado en la revista Nature Materials. Con el Syngas (así lo han denominado) ya se producen algunos combustibles, productos de farmacia o plásticos y fertilizantes.

Su modo de operar está basado en el proceso de la fotosíntesis, ya que cuenta con dos absorbentes de luz que recogen energía solar parecidos a las moléculas de las plantas, y utiliza un catalizador que cuando se sumerge en agua produce oxígeno.

Se lleva a cabo entonces una reacción química que da como resultado el gas síntesis. Este proceso de absorción se puede llevar a cabo incluso con niveles bajos de luz solar. En definitiva, puede usarse durante todo el día y en cualquier área geográfica del mundo. La finalidad es crear la base para combustible líquido sin generar huella de carbono alguna como elemento de innovación, únicamente con dióxido de carbono y agua. Una gasolina sintética capaz de abastecer la demanda general del transporte sin generar un solo estrago medioambiental.