Críticas más comunes a la energía eólica

La innovación energética moderna tiene puesto el enfoque en el desarrollo y eficiencia de las energías renovables, así como en hacer de esta industria un mecanismo sostenible, accesible y no abusivo con los diferentes niveles socioeconómicos, cumpliendo por tanto con varios de los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la ONU.

Según el último informe de Estadísticas de Capacidad Renovable 2020 publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), las fuentes inagotables representaron el 72% de la expansión energética en el periodo analizado que concluye en 2019. La solar y eólica siguen siendo las líderes y las más representativas en sostenibilidad y volumen de vatios generados, pero, aunque su uso se está estandarizando velozmente sus mitos y bulos siguen en la mente de muchos consumidores.

La energía eólica es uno de los pilares básicos para la descarbonización temprana del planeta y aunque todavía no es perfecta, es objeto de creencias erróneas como el mito de la existencia de un alto nivel de mortandad en aves en los parques eólicos. Es una realidad que estos animales ocasionalmente impactan contra diferentes partes de los aerogeneradores, pero los registros más altos de fallecimiento de aves por intrusismo humano son las colisiones en edificios acristalados, los ataques de gatos y la electrocución con redes de alta tensión.

Para solucionar este problema la industria eólica ha desarrollado varios tipos de sensores que hacen que se detengan los dispositivos cuando detectan la presencia de aves. Estos mecanismos instalados en varios pasos importantes de avifauna ya han dado resultados, como es el caso del Estrecho de Gibraltar donde las colisiones de buitre leonado (una de las especies más afectadas en esta zona) se han reducido un 60%.

La modificación y afectación del paisaje también es uno de los temas que más controversia crea entre los críticos de esta energía. Pero la realidad es que se puede modificar el paisaje sin desbaratar las funciones ecosistémicas igual que ocurre con los parques de energía solar. En ambos casos el objetivo es aprovechar al máximo los flujos biosféricos sin destruir el entorno natural ya que esto sería totalmente contraproducente puesto que lo que se busca con la implantación de las renovables es un menor impacto en la naturaleza y una mayor eficiencia energética.

Otra creencia típica es la de que son mejores los proyectos pequeños de autoconsumo que las grandes instalaciones. Es cierto que con un sistema autónomo ya sea eólico o solar se puede abastecer el gasto energético de una vivienda y sus funcionalidades básicas. Pero no vivimos asilados en casas individuales, sino que habitamos en comunidad. Así que aludiendo a la democratización de la energía podemos entender este concepto como generación autónoma de energía, pero también como un proceso de empoderamiento de las personas y comunidades para que aprovechen de la mejor manera sus recursos energéticos dando lugar a la producción, almacenamiento, uso común, intercambio y otras formas de sacarle rendimiento al autoconsumo.

Muchos ciudadanos están preocupados por las afectaciones a la salud que pueden tener los parques eólicos, una creencia comprensible para las personas que ven cambiar rápidamente el entorno en el que viven. Pero en este sentido, son muchas las evaluaciones de impacto a la salud que se han hecho y publicado por importantes organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde no se evidencian riesgos concretos ni se han conseguido relacionar casos de enfermedades con esta tecnología.

Es importante a nivel personal establecer criterios para condicionar nuestro modelo de consumo y elegir bien cómo queremos contribuir a mejorar el planeta. Sin duda, las renovables siguen mejorando y corrigiendo día a día sus impactos en el medio natural para alcanzar una energía 100% limpia y segura para todos.