Las renovables aportarán 43 millones de empleos en las próximas 3 décadas

Uno de los factores más inquietantes respecto a la transición energética, es la posible destrucción de empleo fruto de la sustitución de sectores contaminantes por nuevas fuentes de energía.  La Organización Internacional del Trabajo (OIT) junto con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) han esclarecido este punto con conclusiones muy alentadoras en un informe sobre empleo en base a datos del 2020.

Según el documento, durante el periodo comprendido entre el 2021 y el 2030 aumentará el empleo en el sector de las renovables entre 24 y 25 millones mientras que las pérdidas en los sectores productores de energías contaminantes se estima que serán de entre 6 y 7 millones de puestos de trabajo. El mismo informe plantea que el año pasado, aún marcado por la pandemia, las renovables dieron empleo a 12 millones de ciudadanos, medio millón más que el año anterior.

El crecimiento lo lideraron empresas solares y eólicas a escala mundial, con un total de 5,25 millones de nuevos puestos de trabajo encabezando la lista la solar, donde se aumentaron 4 millones y 1,25 en el sector eólico. Dentro de esta escala, China lideró la generación de empleo con un 39% de los puestos ofertados a escala mundial seguida por Brasil, India y EE.UU. pero no fueron los únicos que destacaron en esta megainversión en renovables. Países como Vietnam y Malasia han abierto un mercado importante y se han convertido en los principales exportadores de energía solar fotovoltaica. México y Rusia crecieron exponencialmente sus inversiones en energía eólica y en Nigeria, Togo y Sudáfrica se expanden exitosamente diversos proyectos de energía solar.

Es obvio que las renovables se están expandiendo de manera arrolladora por todo el globo creando mucho más empleo del que se puede destruir en los sectores energéticos denominados tradicionales, además de que fomentan y aceleran el cumplimiento de los objetivos climáticos que los países deben cumplir de cara a la CoP26 (Cumbre del Clima de Glasgow) en pro de lograr las cero emisiones netas. Y es que para este objetivo solo hay una salida, y es aumentar las inversiones en esta transición en un panorama inclusivo, justo y cooperativo entre países y empresas.

De este modo la creación de puestos de trabajo va totalmente unida a la sostenibilidad ambiental eliminando la necesidad de justificar el desequilibrio ecológico con la necesidad de aumentar el empleo. Estas nuevas políticas contemplan además salarios igualitarios, incorporación de personal sin discriminación de género y la garantía de empleos dignos para todos disminuyendo la brecha de género y asegurando cada vez a más mujeres, que representan uno de los sectores más vulnerables ante las crisis económicas como la sufrida por la covid-19.  Busca también la integración de otros grupos vulnerables y la cualificación de personal diverso para desarrollar trabajos en áreas de más difícil acceso a la educación fomentando los convenios colectivos y fortaleciendo las normas internacionales del trabajo según la propia Irena.

Otra ventaja que estima el informe de estas instituciones, es que un gran porcentaje (5 millones de entre 6 y 7) de las personas que van a perder su empleo, podrán encontrar un nuevo lugar en el sector de las renovables.  En esta dinámica se estima que desde la fecha hasta el 2050 se crearán unos 43 millones de empleos en el ámbito de las energías limpias fomentando las cadenas de valor nacionales aumentando los puestos de trabajo a nivel local.

Se abre así todo un nuevo mundo de posibilidades que verá su expansión en las próximas tres décadas fomentando valores laborales diferentes, más prósperos para el medio ambiente y totalmente integradores para las comunidades que se han visto afectadas desde la revolución industrial hasta la fecha.