Importancia de la temperatura de color en la iluminación LED pública

Tras la irrupción de la tecnología LED en el mercado de la iluminación, las municipalidades han ido poco a poco sumándose al cambio de las luminarias tradicionales. El gran ahorro de energía y de las consecuentes facturas ha sido el principal motivación del cambio. Desde que se puso en marcha este movimiento, hasta ahora, han habido muchas mejoras en diferentes aspectos, principalmente dadas por la experiencia de las empresas de ingeniería, así como con las mejoras a nivel técnico por parte de los fabricantes, en parte gracias a labores de investigación en el campo. Sin duda, la tecnología LED nos trae grandes ventajas y ha sido esto lo que ha facilitado que se hayan cambiado un gran porcentaje de la iluminación pública a nivel mundial.

Sin embargo, es importante tener un conocimiento profundo sobre esta tecnología para que la implementación sea óptima. Fue en los primeros años, en los que muchas empresas no estaban especializadas y cuando se cometieron los mayores errores. Estos errores pasan principalmente por la adopción de temperaturas de color muy frías, que han sido objeto de quejas por ciudadanos, cabe resaltar el caso de la ciudad de Davis en California. Allí los vecinos no quedaron nada contentos con el resultado y consiguieron presionar a la alcaldía para que volvieran a reponer las luminarias por unas más adecuadas.

Es importante explicar, ¿Qué es la temperatura de color? Es la comparación del color del espectro luminoso con el de la luz que emitiría un cuerpo negro calentado a una temperatura determinada. Está expresada en grados Kelvin (K) y podemos destacar entre cálido, neutro y frío, estando estos tres calificativos en un continuo desde bajos valores hasta altos en grados Kelvin. Los fuentes cálidas tienen tonos cercanos al rojo, y las frías tonos más cercanos al azul, de hecho las fuentes frías tienen mayores proporciones de onda azul en su espectro. Si recordamos las temperaturas de color adoptadas por las luces incandescentes tradicionales tenemos temperaturas de color de 2400K, y antes de que llegase la energía eléctrica se usaban velas o lámparas de aceite, con aproximadamente 1800K. Hoy en día, se pueden conseguir temperaturas de color con grandes proporciones de onda azul en iluminación, llegando a instalarse incluso hasta 6000-7000K.

No fueron pocas las municipalidades que optaron por rangos de temperatura de este tipo ya que podían obtener una mayor intensidad luminosa en las calles. Instituciones de gran prestigio como la AMA (American Medical Association) fueron los primeros en hacer saltar las alarmas tras ver que en la mayoría de las ciudades se estaban instalando luminarias con temperaturas de color por encima de 5000K. Tras diferentes estudios llegaron a la conclusión de que una luz muy fría en las calles afectaba a los ritmos circadianos de las personas (los ritmos hormonales que se activan/desactivan en base al día y noche), afectando de gran manera a la conciliación del sueño y la calidad de éste.

Además de ofrecer incomodidad a los viandantes, una exposición prolongada a temperaturas de color muy altas podría tener consecuencias en la salud ocular de los viandantes, especialmente en la retina. Según el informe de la AMA (https://www.ama-assn.org/ama-adopts-guidance-reduceharm-high-intensity-street-lights),se hace hincapié en los siguientes puntos: -La adopción de la tecnología LED es un gran paso de las ciudades para un control de los gastos además de reducir el gasto de energía, siendo muy positivo para el medio ambiente. -Se debe descartar el uso de excesivo espectro azul en la luz para disminuir el riesgo sobre la población, y establecer unos criterios de uso con iluminación más cálida.

Gracias a innumerables esfuerzos desde la AMA, otras instituciones y también desde fabricantes, se ha conseguido que en la actualidad se haya tomado conciencia sobre este tema, y si bien no todas las municipalidades están instalando luz de tonos cálidos alrededor de 3000K, al menos se ha reducido drásticamente el uso de valores de luz con grandes dosis de azul, (temperatura fría con valores mayores a 5000K). Hoy se puede decir que se ha popularizado mucho el uso de 4000K (valor neutro), con menores valores de espectro azul y a la vez unos valores de intensidad luminosa mayores que en las más cálidas.