El CdTe: La elección fotovoltaica inteligente que sustituye al silicio

El mercado de las células solares está dominado por la tecnología basada en el silicio ya que esta ocupa el 95% de los paneles solares fabricados hasta ahora. Pero lo cierto es que la tendencia va claramente en declive teniendo en cuenta que ya existen tecnologías mucho más sostenibles y con mucho mayor potencial como el telururo de cadmio (CdTe)

A la hora de implantar un sistema de celdas fotovoltaicas ya sea para uso industrial o doméstico resulta abrumadora la oferta existente y a bajo costo que hay respecto a los paneles de silicio. Además, existe una tendencia a pensar que prácticamente todos son iguales. Pero el fabricante que está detrás tiene un papel fundamental a la hora de asegurar que las promesas sobre el desempeño y la durabilidad de estos dispositivos sea realmente cierta.

El CdTe de capa fina cuenta ya con índices del 18,5% de eficiencia según los últimos datos para este año 2021. Este factor, sumado a su mejor sustentabilidad y competencia en precios lo ha convertido en el competidor más fuerte frente a las celdas de silicio alcanzando hasta un 10,5% más energía a lo largo de toda su vida útil.

Al eliminar el silicio, las células solares de telururo de cadmio cuentan con menos del 50% de uso de metales pesados además de que se utiliza una cantidad de agua cuatro veces menor para su fabricación, posicionándolo como el material fotovoltaico más sostenible desarrollado hasta ahora. Su flexibilidad y versatilidad en cuanto a uso, permite sustituir los paneles por materiales de construcción como tejas o ventanas integrando la recepción solar en la construcción y disminuyendo la tasa de rotura de las celdas. Los modelos semitransparentes como los utilizados para construir ventanas dejan pasar la luz mientras actúan como receptores fotovoltaicos creando ambientes cálidos a la par que recogen energía.

Otro factor que indica la tendencia a la baja de los paneles de silicio es el coeficiente de temperatura. Mientras que en estos la media está en 0.48% en los de su competencia más sostenible se registran porcentajes del -0.21%. Su resistencia a climas tanto cálidos como húmedos resulta mayor con un reducido coeficiente de temperatura. Además, se ha probado su eficiencia en momentos del día con menor claridad (amanecer, atardecer y momentos nublados o con sombras) y es mucho mayor que las registradas por los paneles de silicio.

Este tipo de celdas abonan al modelo de economía circular permitiendo su reciclaje en un 90% y los deshechos que no pueden reutilizarse tienen muy poco impacto en el medio ambiente. Por esta razón, es habitual encontrar que certificaciones como EPEAT y otras de similar importancia otorguen su distinguido reconocimiento a este tipo de productos de bajo impacto.

Y es que su huella de carbono se recupera hasta cuatro veces más rápido que la que deja la industria solar del silicio, ya que carece de LID (Light Induce Degradation), una pérdida de rendimiento que puede aparecer en los primeros momentos de exposición al sol que en ocasiones no es contemplada por los fabricantes vendiendo un producto con una supuesta eficiencia que luego se degrada por este factor.

Es importante tener en cuenta que la instalación de módulos fotovoltaicos es una inversión a largo plazo, y mientras que la tecnología del silicio está llegando al final de su desarrollo e innovación, la de telururo de cadmio es más innovadora con todo un camino de desarrollo por delante que aumentará gradualmente su eficiencia y su sostenibilidad en el corto plazo.