El mercado de las torres de energía solar térmica

En cuestiones de sostenibilidad y competitividad económica las energías solar y eólica son las más fuertes en el mercado y se han posicionado a la cabeza de la industria de las renovables. No obstante, otras energías provenientes del sol como los sistemas de torre de energía solar (SPT) están dando buenos resultados en los entornos con condiciones climáticas adecuadas.

Las torres de energía solar son sistemas de producción de energía a gran escala que consisten en la colocación de múltiples espejos planos de seguimiento solar (conocidos como helióstatos) que redirigen la energía del sol a un receptor que se encuentra en una torre muy alta colocada frente a los espejos.

En ella, se encuentra un receptor con un sistema circulatorio de aceite térmico conocido como HTF por sus siglas en inglés, Heat Thermal Fluid. Este sistema es el vínculo que une el calor captado y la energía eléctrica producida ya que absorbe el calor en el receptor y lo transportan al sistema de generación de energía mediante un intercambiador de calor.

En ese foco donde se concentra la energía, se calienta un fluido caloportador que a su vez calienta otro fluido de trabajo del que se obtiene el vapor que se dirige a los álabes de una turbina y al moverlos, produce electricidad siguiendo los principios de la Ley de Faraday. Los HTF más comunes para estos sistemas son el agua, aire y las sales fundidas. Estas últimas no son tóxicas ni inflamables y almacenan el calor mejor que el agua, por lo que se les está dando mucha importancia en investigación e innovación en este campo.

Su capacidad para almacenar energía entre 10 y 15 horas permite su funcionamiento en días nublados o incluso de noche, factor que está resultando determinante para la incorporación de este tipo de energía al mix energético. Estas centrales solo son factibles por el momento en lugares con una alta incidencia solar por largos periodos de tiempo al día por lo que no son aptas para lugares con climas fríos o nubosos.

En la actualidad hay centrales termosolares a lo largo de los cinco continentes, pero predominan en España (que acumula el mayor número de centrales en el mundo) y Estados Unidos.

Y es que, aunque otras energías están todavía muy por encima de la termosolar, este tipo de centrales logran eficiencias brutas de entre el 30% y el 40% resultando muy interesantes para el futuro de las renovables. Su mayor reto en este momento es afianzar el mecanismo de las sales fundidas como método de almacenamiento de calor para sustituir el uso del vapor de agua.

El número de centrales de este tipo va en aumento y aunque no sean competitivas todavía en precio (es una tecnología que lleva menos años de desarrollo que la fotovoltaica) con la energía fotovoltaica, ya están conviviendo en pro de la descarbonización e implantación de las renovables.