¿Cómo se aplican las políticas climáticas en los entornos locales?

En las cumbres climáticas y otros eventos anuales, se toman decisiones cada vez más globalizadas sobre los protocolos de actuación para reducir los efectos de la crisis climática pero, ¿Con qué acciones concretas se ponen en práctica dichas políticas? Cada país goza de unas condiciones diferentes tanto climatológicas como económicas, por lo que las acciones para aterrizar esas políticas son particulares de cada lugar y esto a su vez, permite compartir el conocimiento que se va generando de un continente a otro.

El trabajo en este sentido tiene un carácter global como lo es el de la crisis climática, y aúna esfuerzos en una lucha bajo una nueva conciencia que aterriza en políticas y acciones más verdes. Pese a la premura por transformar el ámbito energético, en la actualidad solo la cuarta parte de la población vive en un entorno urbano donde se desarrollan este tipo de políticas sostenibles. Y en este sentido los gobiernos municipales han sido piezas clave del proceso tomando las iniciativas pertinentes para fomentar la compra de energías renovables y promover su uso generando panoramas de autoconsumo local bastante acertados.

El último informe publicado por la REN 21 titulado Renewables in Cities 2021 Global Status Report , dictamina que a nivel mundial 799 ciudades disponen de políticas favorables a las energías renovables, 558 apoyan al entorno con acciones políticas, 394 cuentan con políticas regulatorias y 115 ya tienen políticas fiscales y financieras para la inclusión y el manejo de las renovables.  Estas acciones se reflejan en regulaciones para energía, transporte, climatización de edificios y sistemas de calefacción y refrigeración mayoritariamente siendo el gran objetivo principal el autoconsumo 100% renovable sumando un total de 1.088 objetivos concretos.

De las ciudades incluidas en el informe de la REN 21 encontramos 357 en Europa, 350 en América del Norte, 51 pertenecen a Asia, 32 a Latinoamérica, 19 al África Subsahariana, 16 se encuentran en Oceanía y 9 en Oriente Medio.

En este marco, en Europa y Estados Unidos se incluye ya el concepto de Comunidad Energética dentro de las prácticas renovables relacionadas con la ciudadanía. Europa incluye además la búsqueda de soluciones para descarbonizar las ciudades con estándares de contaminación y la inclusión de las renovables en todos los aspectos públicos gracias al empuje social para promover dichas prácticas mientras que América del Norte apuesta más fuerte por la autosuficiencia energética.

Latinoamérica ha experimentado un boom en crecimiento respecto a energía solar gracias a los gobiernos locales y regionales que incluyeron una postura sostenible y concretaron muchas acciones para fomentar la energía fotovoltaica. Oceanía por su parte busca con sus acciones independizarse de la energía fósil por las crisis en seguridad energética y los efectos visibles del cambio climático. Asia impulsó el desarrollo de las renovables con base en la digitalización y la tecnología al contrario que África Subsahariana, que por su situación de pobreza energética empezó estos últimos años a fomentar el uso de renovables independientes de la red convencional.

Debido a la falta de recursos, el continente africano y Oriente Medio avanzan más despacio pero sus gobiernos ya dan muestras de preocupación por los riesgos que implica a la salud la contaminación del aire.

Esto demuestra que ciudades, ciudadanos, industrias y política tienen que impulsar al unísono la adaptación urgente de las renovables y los entornos urbanos saludables. Pruebas tangibles de ello, son ciudades como Adelaida, la capital de Australia, donde el 100% de las operaciones locales ya se cubren con energía eólica y solar desde el año pasado.

Ciudad del Cabo, la segunda ciudad con más habitantes de Sudáfrica, es considerada como pionera en eficiencia energética a nivel local por su trabajo desde 2008 en pro de favorecer el aumento del uso de las renovables. Cuentan con guías para los ciudadanos que quisieran adoptar la energía fotovoltaica en sus casas y en menos de una década consiguieron ser la ciudad con más concentración de paneles solares sobre los tejados de todo el país, y además aprovecharon los tejados de los edificios públicos para instalar esta energía.

Cocody, en Costa de Marfil, ya cuenta con 5.000 postes de luz solares para edificios públicos y 1.600 semáforos fotovoltaicos. Además, ya llevan repartidos 200.000 kits solares para instalar en casas particulares.

La ciudad alemana de Heidelberg apoya económicamente a las familias que quieran convertir sus instalaciones a la energía solar fotovoltaica en edificios residenciales y comercios, y es obligatorio instalar este tipo de energía en los edificios de nueva construcción.

El gobierno de Palmas, en Brasil, también apoya a aquellos ciudadanos que quieran pasarse al autoconsumo fotovoltaico con una reducción de hasta el 80% de impuestos. En Rajkot, la cuarta ciudad más grande de la India, se están instalando complejos de viviendas sociales favoreciendo el autoconsumo también de la mano de la energía solar como práctica que perdurará en el tiempo y la premisa de la capital de Corea del Sur, Seúl, es la de ser una ciudad donde el ser humano, la naturaleza y el futuro puedan coexistir, fomentando una política para llegar al 2022 con un millón de hogares dependientes únicamente de la energía solar.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la sinergia política, las presiones ciudadanas y el avance de la industria van creando ciudades y entornos más saludables y convirtiendo las que ya existen en smart cities capaces de satisfacer la demanda energética en base a la sustentabilidad reduciendo las prácticas que deterioran la salud y el medioambiente. Las metas climáticas se pueden cumplir cuando coexisten las voluntades para hacerlo posible.