El papel de los superordenadores es vital para potencializar el desarrollo de tecnologías, avances médicos, industriales y en general para elevar los niveles y las competencias de la investigación y desarrollo. Estos sistemas como puedan ser Fugaku en Japón o LUMI en Finlandia, consumen una cantidad ingente de energía para funcionar y para asegurar el suministro en posibles cortes, así como en su refrigeración constante. Precisamente respecto a LUMI, los países europeos han decidido innovar y tomar medidas para que el desarrollo y la sostenibilidad puedan ir de la mano.
Esta supercomputadora cuenta con un rendimiento máximo de 552 pentaflops convirtiéndola en el ordenador más rápido del continente europeo funcionando diez veces más veloz que Piz Daint, el más rápido hasta la fecha de toda Europa. Para llegar a esta velocidad de procesamiento se necesita una gran cantidad de energía, así que el gobierno de Helsinki decidió hacer un concurso público para ganar el contrato de abastecimiento donde una de las condiciones era la de que la energía proviniera de una fuente renovable. Esto es porque el país se ha propuesto ser neutro en carbono en los próximos 15 años.
Este sistema va a suponer importantes avances ya que promete ser una de las plataformas más innovadoras y avanzadas del planeta en referencia a la inteligencia artificial, así como una importante herramienta científica. La energía hidroeléctrica será la encargada de nutrir a LUMI con un compromiso anual de hasta 100GWh. Además se ha diseñado de tal manera que el exceso de calor que se genere para enfriar la supercomputadora se pueda derivar a la red de calefacción de Kajaani (lugar donde se instaló) llegando a aportar el 20% de la demanda.
De esta forma este sistema está en consonancia no solo con las políticas de Digital y Green Deal de la Comisión Europea, sino con los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la ONU para la descarbonización del planeta, utilizando energía 100% renovable y totalmente neutra por ende en carbono.
La supercomputadora LUMI es el resultado de la investigación tecnológica impulsada por diez países europeos y se está barajando la posibilidad de que otros países entren al mismo consorcio y puedan utilizar el sistema para sus investigaciones en áreas tan importantes como ciberseguridad, medicina personalizada, cambio climático y eficiencia de fármacos. Tanto usuarios a nivel público como privado podrán gozar la utilización de esta poderosa herramienta para tratar complejos problemas de investigación.
Estas innovadoras medidas ponen en evidencia que ya no puede haber progreso sin sostenibilidad. Es alentador pensar que los proyectos son pensados para optimizar todos los recursos posibles y para crear auténticas smartcities.