Usos y aplicaciones de la energía fotovoltaica

Para clasificar las aplicaciones de la energía solar fotovoltaica se pueden establecer dos categorías: los sistemas aislados conocidos como off grid y las conexiones a la red denominadas on grid. Dentro de estos dos ámbitos podemos agrupar una buena cantidad de aplicaciones a veces desconocidas, pero bastante comunes en el que este tipo de energía está más que establecida.

Si nos metemos dentro de los sistemas aislados encontramos utilidades por ejemplo dentro del ámbito de las telecomunicaciones. Las estaciones RF de telefonía móvil funcionan con paneles fotovoltaicos que llegan a valores de entre 0,6 Kwp y 1,8 Kwp de potencia pico. El control de datos también cuenta con varias aplicaciones como los telemandos o los denominados telecontroles que disponen de vía radio. Estos dispositivos son especialmente utilizados en depósitos, caudalímetros y sistemas similares para la recolección de todo tipo de datos.

En esta línea la energía solar ha sido clave para la electrificación rural. Con la llegada de los inversores de onda senoidal se establecieron las condiciones adecuadas para igualar la eficiencia de la electricidad convencional y el uso de cualquier electrodoméstico. Ya hay sistemas centralizados de control individual capaces de abastecer pequeñas localidades rurales con energía 100% limpia proveniente del sol, suponiendo además un costo más bajo de instalación y mantenimiento, y un aumento de rendimiento y seguridad respecto al sistema. Esto es debido también a la posibilidad de instalar varios inversores en paralelo, lo que permite adecuar la potencia según la demanda.

Los sistemas agrícolas y ganaderos también se están beneficiando de esta renovable. Una de las aplicaciones principales tiene que ver con las instalaciones de bombeo de agua automatizadas. Estos sistemas funcionan con una serie de paneles solares conectados a un equipo electrónico compuesto por diversos controles y sensores para el bombeo. El costo también es significativamente bajo y su mantenimiento resulta prácticamente nulo. Otra aplicación que cabe resaltar en el ámbito de la agricultura son los sistemas de control de riego y electroválvulas, que permiten no solamente controlar la distribución del agua sino un ahorro significativo del recurso especialmente en sistemas por goteo o de baja presión.

Resulta habitual encontrar aplicaciones en la electrificación de naves y cercas, o la automatización de invernaderos respecto al control de las ventanas y de la iluminación permitiendo tener entornos más controlados que no consumen electricidad ya que los sistemas fotovoltaicos les otorgan autonomía.

Los bombeos de accionamiento directo ya son imprescindibles en el espectro ganadero suministrando energía a través de los inversores de gran potencia tanto a sistemas de ordeñado, conservación de lácteos, bombas para limpieza o reparto automático de piensos entre otras utilidades relacionadas con la automatización de los procesos ganaderos.

La iluminación es la gran conocida de las aplicaciones fotovoltaicas y ya se utiliza de forma común para la publicidad, infraestructuras públicas como el alumbrado de paradas de autobús y el alumbrado público. Este último ha tenido una acogida espectacular ya que es un sistema muy económico que disminuye considerablemente la contaminación y el consumo de la red eléctrica, siendo su mantenimiento nulo en los casos donde se incorporan baterías estacionarias de larga duración.

También se utilizan para todo tipo de señalizaciones como en los indicadores de las vías públicas, los pasos a nivel, la señalización en las carreteras mediante leds, plataformas petrolíferas y diversos indicadores de uso marítimo y aéreo reduciendo el mantenimiento y aumentando los mecanismos de control y de seguridad por su automatización.

Los sistemas autónomos de energía fotovoltaica han cobrado especial importancia en el monitoreo de mediciones para gaseoductos, oleoductos, control de caudales y diferentes megaestructuras donde han demostrado su fiabilidad y se han adueñado de varios sectores.

Respecto a los sistemas conectados a la red eléctrica, cabe destacar los sistemas transformadores de energía capaces de convertir la electricidad e introducirla a la red eléctrica. Estos sistemas son lo último en innovación fotovoltaica, pero necesitan de la adaptación de la infraestructura energética basada en unas políticas públicas modernas y acordes con nuestro tiempo.