Todo lo que debes saber sobre el telururo de cadmio

La denominada fotovoltaica de telururo de cadmio (CdTe) es una tecnología basada en la utilización de este compuesto como una delgada película que absorbe y convierte la luz del sol en electricidad. Representan el mayor porcentaje de producción comercial de módulos de película delgada e igualan en eficiencia al silicio multicristalino con costos mejorados. Su principal ventaja es que requiere de muchos menos recursos para una alta eficiencia y con 100 veces menos de material de película delgada se logra absorber la misma cantidad de luz que con células hechas de silicio. Además, son más resistentes al calor aumentando su producción conforme aumenta la temperatura.

Esta innovación ha sido crucial para el desarrollo de la tecnología BIPV, pues otorgó la oportunidad de hacer módulos semitransparentes aptos para ventanas y paredes de edificios ya que dejan pasar la luz natural, y gracias a su flexibilidad las tejas solares y otros elementos para techos que funcionan como generadores, se pudieron implementar a bajo costo y se estandarizaron en el mercado impulsor de las smart cities.

Pero sus ventajas para con el medio ambiente no se quedan atrás. El compuesto resultante como CdTe posee cualidades distintas del cadmio y del teluro evaluados por separado siendo el primero menos tóxico que el cadmio puro. Según la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) el telururo de cadmio no está clasificado como nocivo en contacto directo con las personas y se ha reducido mucho su toxicidad para la vida acuática. Esto se debe a que una vez que se encapsula el compuesto queda inofensivo.

La Agencia de Protección Ambiental de los EEUU lo sometió a un procedimiento de lixiviación para medir su toxicidad a largo plazo resultando apto tras un posible proceso de lixiviado después de completar su vida útil. El Departamento de Energía del país norteamericano alegó que mientras las células están operando no se produce ningún contaminante y resulta beneficioso para el medio ambiente porque su presencia en el mercado reduce y desplaza a los combustibles fósiles.

El Instituto Geotécnico Noruego (Norwegian Geotechnical Institute, NGI) tras realizar diferentes investigaciones dictaminó que no existe un riesgo latente de propagación incontrolada de desechos peligrosos derivados de los módulos CdTe, ya que estos deben ir a vertederos aprobados que cuenten con sellado tanto en laterales como en la parte inferior.

La gestión de residuos de módulos fotovoltaicos ya está regulada en gran parte del planeta. Por ejemplo, en Europa la Directiva sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos de la Unión Europea obliga desde el 2014 a que los desechos fotovoltaicos sean recogidos y reciclados en el conteniente de forma específica.

Como lectura general de diversos estudios publicados, el CdTe es el sistema fotovoltaico en la actualidad que presenta mayor sostenibilidad ambiental tanto en términos de recuperación de de energía (EPBT) como en porcentaje de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) ya que requiere muy poca energía durante su ciclo de vida útil. Pero indudablemente, para todas las tecnologías fotovoltaicas incluida esta, se requiere una gestión responsable de los residuos finales ya que los materiales que se utilizan son sensibles en el ámbito ambiental y peligrosos si no se tratan de la manera adecuada.

Por ello, fabricantes, desarrolladores, distribuidores y políticos deben trabajar con el horizonte de la reutilización y reciclaje adecuado de los elementos fotovoltaicos, ya que la energía solar está liderando la transformación energética y va a crecer exponencialmente en las próximas décadas.