El futuro de la energía solar en el mundo

El mercado de la energía fotovoltaica está cada vez más posicionado y se está transformando en el sistema imperante de consumo energético por sus múltiples ventajas. A finales del 2018 ya había 500GW de fuentes fotovoltaicas instaladas en el mundo, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE PVPS).

Según este organismo hace dos años fue el momento en el que el mercado de la energía solar se estabilizó. Durante este período se experimentó una subida de esta energía en todos los continentes destacando India, Australia, México, Corea y Turquía respecto a años anteriores, pero hubo importantes proyectos que impulsaron y normalizaron el uso de la energía fotovoltaica también en Oriente Medio y África, como la instalación de grandes plantas de abastecimiento que comenzaron su funcionamiento en el 2019.

Mientras tanto en Europa, Alemania y los Países Bajos experimentaron un nuevo renacer de la energía invirtiendo mucho en proyectos renovables. En este escenario empezaba hace apenas dos años la descarbonización y el cambio de los combustibles fósiles a un mundo renovado más sostenible de forma contundente.

La energía fotovoltaica ya cubre el 2,6% de la demanda mundial de energía, y como afirma la AIE, es la fuente que más potencial tiene de crecer exponencialmente en muchos países del mundo. Su velocidad de desarrollo se debe a la versatilidad de los sistemas de energía fotovoltaica a la hora de adaptarse a los diferentes entornos.

Así, consigue cubrir un amplio espectro de distintos segmentos del mercado, ya que se puede aplicar tanto en sistemas individuales para electrificar zonas rurales, áreas edificadas, zonas urbanas e industriales, o para gigantescas centrales productoras de energía para abastecimiento. La energía fotovoltaica siempre tiene una solución para adaptarse de manera adecuada a la demanda pertinente y a cualquier entorno, lo que la convierte en la industria más apta para crecer dentro del ámbito de las renovables.

La velocidad de expansión según los estudios de la AIE, predicen que podría depender de la disminución (cada vez más) de los precios de las baterías, y de la normalización de los vehículos eléctricos. Aunque esos factores ya forman parte también de la sociedad, no hay que olvidar que la energía fotovoltaica ya está desplegada a nivel mundial y que, según datos de la misma agencia, se estima que las renovables crecerán en los próximos cinco años un 50% y que este crecimiento estará impulsado por la energía fotovoltaica.

Se prevé que para el año 2024 la capacidad total de las renovables, alcance 1,2 TW del que se estima que el 60% será fotovoltaica y el 25% energía eólica terrestre. De cumplirse este pronóstico, las renovables estarían satisfaciendo el 30% de la demanda energética global en tan solo 4 años.

La bajada de los costes de estas instalaciones y las políticas favorecedoras sin duda han hecho posible el posicionamiento de las renovables, pero no hay que olvidar que estas acciones vienen impulsadas por un cambio de conciencia a nivel mundial, lo cual es muy alentador de cara a resolver otros Objetivos de Desarrollo Sostenible. De hecho, el coste de generar energía a partir de sistemas fotovoltaicos para autoconsumo ya está por debajo de los precios de consumo de la red convencional en casi todos los países, y para el 2024 se espera otra bajada de entre el 15% y el 35%.

En palabras de Fatih Birol, el director ejecutivo de la AIE, las renovables ya son la segunda fuente de energía en el espectro global pero hay que acelerar su despliegue para poder alcanzar los objetivos para contener el cambio climático.