Los mitos de las renovables que debes conocer

Las energías renovables y en especial la energía solar fotovoltaica están plagadas de mitos que vale la pena desmentir ya que no son solo las energías del futuro sino de nuestro presente. Las anteriores transiciones energéticas fueron lentas y algo caóticas porque dependían de grandes cambios en infraestructura y fuentes centralizadas. En cambio, las renovables que impulsan la transición verde van hacia un modelo de generación y almacenamiento a pequeña escala y descentralizado conectado mediante software.

Sin duda es el momento adecuado para que empresas, inversores y propietarios de viviendas inviertan en autoconsumo y por ende en renovables, pero existen todavía varias ideas erróneas en el imaginario colectivo que hacen dudar a los consumidores de si realmente es buena idea.

La instalación y el mantenimiento de los sistemas fotovoltaicos es cara y dificultosa.

Sin ir más lejos el tiempo de instalación de un sistema de células fotovoltaicas es directamente proporcional a las dimensiones de la instalación. Lo habitual es que no dure más que unos cuantos días a no ser que sea una gran instalación con centenares de células y un gran sistema de almacenamiento con baterías. Además, no supone mucha dificultad ni se interrumpe la actividad cotidiana puesto que las instalaciones se realizan en los tejados de los edificios.

Por otro lado, su mantenimiento consiste en revisiones anuales por parte de los instaladores, y hay que tener en cuenta que los sistemas están diseñados para soportar las inclemencias climáticas. No cuentan con piezas móviles que se puedan romper o dar problemas, y se limpian habitualmente con la acción de la lluvia y del viento. Sus componentes altamente resistentes no se quiebran con frecuencia y están pensados en un marco de consumo moderno de durabilidad y calidad en sus materiales. Incluso las baterías que se consideran elementos más sensibles son cada vez más autónomas y resistentes.

La instalación de paneles solares para autoconsumo es muy cara y el beneficio es muy poco

Este mito es de los más sencillos de desmontar, ya que lo que se invierte en energía fotovoltaica más que un gasto es una inversión. El beneficio neto impacta en nuestro bolsillo desde el primer día ya que la factura de consumo energético se puede reducir casi a la mitad con una durabilidad de hasta 25 años por instalación. Además, producir energías renovables resulta más barato y competitivo que hacerlo con fuentes no renovables como el gas o el combustóleo.

Las células solares no son tan sostenibles

Lo cierto es que de un panel solar se puede reciclar hasta el 95% de su composición, ya que la mayor parte del material es aluminio y vidrio. De todos modos, ya existe un marco regulador para el reciclaje de los paneles y son los fabricantes quienes se encargan de ello asegurando un impacto ambiental mínimo y un reciclaje óptimo.

Los dispositivos solo funcionan cuando hay mucho sol y hace calor

Pongamos el ejemplo de Alemania. El país germano está invirtiendo con mucha fuerza en esta renovable y no goza precisamente de largas temporadas soleadas. La eficiencia de las celdas solares en efecto aumenta si hay mayor radiación, pero la conductividad de la energía es mejor cuando hace frío.

Estas y otras creencias merman la confianza en las renovables pero a poco que investiguemos con los fabricantes se pueden apreciar los múltiples beneficios del autoconsumo con renovables. La prueba más fehaciente de que estamos en el camino de las energías limpias es analizar los esfuerzos de empresas y gobierno por sustituir los combustibles fósiles por energías no contaminantes tanto en transporte público, red eléctrica y todos los elementos de la vida cotidiana.