Si bien la responsabilidad de un consumo energético sostenible es de todas las personas que habitan el planeta, no se puede equiparar la demanda que tiene una familia o una pyme con la de una gran corporación. Es por eso que para los gigantes de la industria existen soluciones a corto plazo como las compensaciones por emisiones. Estas políticas en su carácter temporal consisten o bien la adquisición y compra de energías renovables, o bien en la mitigación de daños ambientales por emisiones con los conocidos bonos verdes y otras estrategias.
Empresas como Google, Microsoft, Facebook o ExxonMobil por poner solo algunos ejemplos ya forman parte de la denominada economía energética. Su forma de proceder en este sentido es comprando energías renovables a precio fijo para compensar su alto consumo de electricidad marcando una nueva tendencia.
Las compras de energía renovable a largo plazo (PPA) son acuerdos entre un productor de energía y un consumidor principal (por ejemplo una gran empresa como las anteriormente mencionadas) donde el promotor vende la energía más económica que la obtenida de la red convencional al consumidor con un nivel de potencia determinado y con un tiempo límite acordado normalmente de entre 10 y 25 años.
Esta estrategia evita grandes inversiones para las corporaciones que quieren alimentarse de energía limpia simplificando el acceso a las renovables. Así ha sido el caso del gigante de internet Google, que ya cuenta con más de 30 proyectos de energía solar y eólica en América y Europa bajo esta modalidad y se ha posicionado como el mayor comprador en lo que a corporaciones se refiere de energías renovables. La estrategia resultó ser de lo más exitosa y el corporativo afirma que el 100% de la energía que utilizan ya es renovable en estos continentes.
Y es que la nueva economía energética corporativa está siendo todo un éxito. Las empresas logran incorporarse al nuevo mercado rápidamente a la vez que reducen sus emisiones de forma instantánea, y la combinación con las tarifas ecológicas y las propiedades absolutas de activos renovables alcanzaron máximos históricos el año pasado en Estados Unidos.
A diferencia de la compensación que no es una solución a largo plazo, este es un modelo de consumo directo de energía renovable. Según Michael Terrel, el jefe de desarrollo del mercado de energía de Google, las empresas y corporaciones deberían tener un camino directo para financiar y comprar energía renovable. Uno en el que desarrolladores, promotores o incluso las mismas entidades públicas trabajen en conjunto con las corporaciones para ajustar los niveles de producción y demanda así como los precios fijos.
Gracias a la implementación de tácticas económicas como esta, se están consiguiendo precios históricos en las renovables haciéndolas accesibles no solo para grandes corporativos, sino que puede ser el inicio de un nuevo modelo económico para la energía en general. Si existe un precio por contrato y gracias a la digitalización y a la recogida de datos se puede corroborar el origen sustentable de la energía, se puede acabar con las fluctuaciones muchas veces abusivas de las entidades privadas gestoras y promotoras de la energía en la red convencional.
Multitud de ventajas apuntan a que el modelo de los contratos PPA darán mucho de qué hablar en el futuro revolucionando la industria energética y su gestión.