Europa lidera la nueva generación de smart cities

Edificios y movilidad cero emisiones  son dos de los principales objetivos que la Comisión Europea se ha propuesto a corto plazo para remodelar el plan energético en Europa con políticas e iniciativas muy contundentes. Tanto, que los planes de renovación para implantar la movilidad eléctrica y convertir  todo tipo de edificios en inteligentes ya tienen fechas, metas y propuestas concretas.

El pasado diciembre la Comisión Europea publicó un documento que especifica nuevas directrices para la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (DEEE) para afinar la estrategia que la Unión Europea denominó Oleada de Renovación, que tiene como objetivo multiplicar la tasa de renovación energética en la década 2020-2030.

Con este plan se pretende que para el 2050 Europa tenga un parque inmobiliario cero emisiones y por ende, completamente descarbonizado. Además de contemplar que los nuevos edificios sean capaces de generar la energía que van a consumir, la propuesta hace hincapié también en los que ya están en las ciudades y en cómo ha de ser su renovación para aumentar su eficiencia subiendo la tasa de renovación.

Con este nuevo plan se establecen estándares de eficiencia energética mínima para todo el continente europeo asentando una base para un cambio energético tangible que tendrá en cuenta la energía que consume un edificio o las emisiones que producirá durante su vida útil. Todo ello acompañado de plataformas de información públicas donde cualquier ciudadano, empresa o institución podrá consultar todo lo referente a la sostenibilidad y la energía (así como su procedencia) que consume o produce un edificio.

En la actualidad, en Europa se clasifican los edificios de la A (siendo estos los más eficientes y cero emisiones) a la G (haciendo referencia a los menos eficientes). Lo que se pretende con las nuevas normas es que todos los edificios públicos y no residenciales deben llegar al nivel E como mínimo para el año 2030. Los edificios de carácter residencial, deben alcanzar el nivel E para 2033 a base de planes de remodelación. Para tales fines se están modificando los marcos políticos que estimulan, incentivan y renuevan las normas nacionales de eficiencia energética y los planes de renovación de edificios.

De esta forma, las propuestas en la DEEE dejan un panorama más claro y de calidad de lo que debe ser un certificado de eficiencia energética fiable y unificado para toda Europa, con mecanismos de control y planes de actuación en la construcción de ciudades sostenibles cero emisiones.

En menos de 10 años el consumo energético de todos los edificios nuevos provendrá de energías renovables

La Directiva de Eficiencia Energética en Edificios estipula que para el 2030, la totalidad del consumo energético in situ de todos los edificios de nueva construcción deberá estar cubierto por energía procedente de fuentes renovables. En el caso de los edificios públicos esta medida debería estar en marcha 3 años antes, en el 2027. Para el 2040 se espera haber eliminado totalmente el uso de combustibles fósiles en los edificios. La DEEE incluye además planes de fomento para el uso de vehículos eléctricos y bicicletas potenciando la implantación de infraestructuras de carga eléctrica y acelerando los procesos de los que depende. Con estas medidas se prevé que en 2030 estén circulando en Europa 30 millones de coches eléctricos y se espera que haya puntos de recarga en edificios privados, hogares y lugares de trabajo.

El documento también fomenta la ampliación de estacionamientos para bicicletas y vehículos alternativos al coche particular, y especifica que la energía para la recarga de los coches también debe proceder de fuentes renovables en la medida de lo posible estableciendo pautas de recarga inteligente, como recargar en los momentos en los que el precio de la energía es más bajo o hay más abundancia de energía renovable en la red general fomentando la integración de energías como la solar o la eólica.

La integración de fuentes renovables de energía, debe ir a la par con el desarrollo de productos que favorezcan el uso responsable de la energía y su aprovechamiento. Los coches eléctricos son la clave (al menos en el panorama inmediato) para la descarbonización del sector automovilístico. La integración de materiales de construcción como los BIPV בי אי פי וי que convierten la energía solar en energía aprovechable para autoconsumo en los edificios, es clave para descarbonizar el sector inmobiliario y transformar los edificios obsoletos dejando paso a la nueva generación de smart cities.