El papel de las ecoetiquetas en la energía solar

El panorama energético evoluciona hacia una mayor sostenibilidad y la carrera por encontrar alternativas a los combustibles fósiles para establecer protocolos afines a la descarbonización, se acelera continuamente. Pero no es suficiente con establecer fuentes de energía que sean más limpias que las que tenemos de uso común en la actualidad, sino que se deben perfeccionar cada también los protocolos, los métodos y los materiales para que la energía pueda considerarse realmente sostenible.

En este espectro no se puede negar que los costos ambientales y sociales de la utilización de diferentes fuentes de energía ha sido muy elevado desde que se estandarizó su uso. Es por ende que es en esta circunstancia en la que hay que poner objetivos también para lograr detener el declive climático y conseguir al mismo tiempo una mayor igualdad social.

Según Nancy Gillis, directora ejecutiva del Green Electronics Council, (una prestigiosa organización sin ánimo de lucro que impulsa propuestas para que la demanda de tecnología sea más sostenible) la energía solar será esa fuente inagotable de energía que realmente tiene un proceso sostenible en su generación y su uso suprimiendo por fin el costo ambiental. Así lo afirmaba también la revista Forbes en un artículo publicado en febrero de este mismo año donde reconocían que de todas las opciones de renovables proyectadas en el panorama, la solar fotovoltaica es la que tendrá mayor y más acelerado crecimiento hasta el 2050.

Una herramienta muy útil que ayuda a identificar si los productos electrónicos del mercado son sostenibles o no y en qué grado, son las etiquetas. El Green Electronics Council diseñó junto con NSF Internacional (una de las organizaciones líderes en el desarrollo de estándares) una etiqueta ecológica denominada EPEAT, que permite saber si los productos tecnológicos son realmente sustentables. Sus altos estándares de evaluación la han llevado a ser la identificación líder y más utilizada por más compradores a escala mundial.

Utiliza una metodología basada en un proceso inclusivo donde participan todas las partes involucradas en la creación de los productos, ayudando a los fabricantes a comprender los impactos de sostenibilidad específicos de la tecnología, dotándoles de herramientas para abordar esas problemáticas.

Esta etiqueta es de tipo 1 , lo que significa que las certificaciones y la evaluación de los productos se lleva a cabo con firmas internacionales de renombre con altos criterios de calidad, resultando buenos avales en sostenibilidad así como en el aspecto socioeconómico. La implantación de la categoría de inversores y módulos fotovoltaicos bajo la EPEAT ya durante este mes, posiciona a la industria de la energía solar en una posición muy ventajosa respecto al resto de las renovables y le da el aval de industria sostenible no solo en el uso de la energía, sino en todo su proceso.

En una instalación solar los módulos fotovoltaicos son considerados los elementos que más impacto climático tienen. Por lo tanto, el beneficio de contar con estas herramientas reguladores es muy alto ya que gracias a este estándar se pueden prevenir impactos como el uso de gases de alto potencial (perjudiciales en alto grado para el calentamiento atmosférico), y facilitan la destrucción de emisiones para paliar los daños al ambiente.

Este tipo de estándares y reglamentos tienen como objetivo minimizar los impactos no solo al medio ambiente sino también a la sociedad, y van permitiendo la creación de alternativas a sustancias contaminantes que todavía están en uso. De este modo también se fomenta la economía circular, pues hay una exigencia latente en especificar qué cantidad de material reciclado llevan los productos tecnológicos y en el que caso que nos atañe, las instalaciones fotovoltaicas, creando circuitos de circularidad e impulsando la innovación. Tal es así que se estima que este sistema podría proporcionar los recursos suficientes para producir 2.000 millones de nuevos paneles solares en los próximos 30 años.

La industria solar fotovoltaica goza de la oportunidad de demostrar que la energía solar es una solución viable que no tiene el costo socioambiental que han tenido y tienen las anteriores. Este compromiso se asume desde los elementos físicos como paneles y materiales requeridos, hasta la eficiencia de las instalaciones y el aprovechamiento responsable de los recursos.

Contar con líderes y empresas innovadoras que antepongan la sostenibilidad y la filosofía del progreso unida al concepto de las Smartcity al beneficio económico irresponsable, es fundamental para que la industria fotovoltaica se termine de establecer en el modelo económico imperante como la principal fuente energética.