Cómo elegir el tamaño adecuado de un inversor solar

Los inversores solares son uno de los elementos más importantes en un sistema de autoconsumo de energía, y determinan en gran medida la vida útil de los equipos. Son los encargados de transformar la energía recogida por el sistema de captación solar en corriente alterna utilizable por los aparatos de la vivienda o edificio. Elegir un tamaño adecuado de inversor es importante en cuanto a la producción total de electricidad y la eficiencia del conjunto. Pero, ¿Cómo determinar cuál es el tamaño que necesito?

A continuación vamos a desglosar qué factores deben guiar esta decisión. Como ocurre con las celdas solares, el tamaño de los inversores puede determinarse en vatios (W), así que cuando vayas a elegir el tuyo ten en cuenta esta medida además de los tres factores más importantes que son el tamaño de la instalación, dónde se encuentra y cuáles son las condiciones específicas (altura, clima, temperatura, orientación, etc.) de la geografía.

 

Tamaño de la instalación

El tamaño de la instalación (recuerda que esto se mide en vatios de potencia) es el factor más importante para elegir adecuadamente el inversor solar. Por norma general, el tamaño del inversor debe ser parecido a la potencia de corriente continua del sistema  para el cual está destinado. Es decir, la capacidad de generación del sistema solar debe ser proporcional a la capacidad del inversor para procesarla. De este modo, si el sistema solar tiene una capacidad de 6 kilovatios, se necesita un inversor de unos 6.000 vatios aproximadamente.

Las empresas fabricantes normalmente incluyen esta información en las especificaciones de cada producto sobre las normas de tamaño para la capacidad del sistema con el que son compatibles. Este es el mejor indicador para elegir el inversor, ya que si este es utilizado en un sistema que los fabricantes no aprueban como compatible, pueden anular la garantía del producto. Por esta razón, es recomendable elegir fabricantes que cuenten con certificados de cumplimiento de normativas, que puedan ofrecer una buena atención al cliente.

 

Localización

El espectro geográfico o la localización de tu sistema, influye directamente en la producción de energía que es capaz de generar. De este factor depende la cantidad de radiación que reciben las celdas fotovoltaicas produciendo con un mismo sistema, más o menos cantidad de electricidad. En lugares con más incidencia del sol y temperaturas moderadas, es habitual que el tamaño de los inversores sea muy parecido al de la potencia del sistema para evitar que se quede corto, ya que la potencia generada en estos climas suele rondar la potencia máxima que puede otorgar el sistema.

Por otro lado, en lugares con temperaturas elevadas o con menos radiación solar, la eficiencia de los paneles se ve reducida y es más improbable que llegue a aprovecharse la potencia máxima, con lo que el inversor podrá ser de un tamaño más reducido que la potencia total del sistema.

 

Condiciones específicas

El emplazamiento, la orientación, el diseño, la inclinación o el ángulo. Todos estos factores y más, influyen en el tamaño del inversor porque afectan a la cantidad de electricidad que puede generar un sistema. De igual modo inciden los factores ambientales como el polvo o el nivel de sombra. Por ello debe ser un instalador cualificado quien lleve a cabo la instalación y la evaluación del proyecto determinando qué tamaño es el óptimo para cada instalación, ya que ellos hacen el cálculo de la potencia generada teniendo en cuenta estos factores que a simple vista una persona no cualificada podría obviar.

Por ejemplo cabe mencionar, que los sistemas más sombreados con una inclinación por debajo de lo óptimo o con una orientación al este, tienen más factores de reducción de potencia que los situados en tejados soleados y orientados hacia el sur. Por ello, el tamaño del inversor puede ser diferente al del sistema solar en cierta medida.

Tener conciencia de la relación de tamaño entre el inversor y el sistema solar nos evita problemas como el denominado clipping, que se produce cuando las celdas fotovoltaicas producen demasiada corriente continua que no es manejable por el tamaño del inversor. No es un fenómeno grave, pero significa que el inversor limita la cantidad de energía que convierte y se desperdicia una cantidad del sistema fotovoltaico.

Si por el contrario se instala un inversor demasiado grande porque será incapaz de producir igualmente la cantidad de electricidad demandada. Será más eficiente en la medida que se acerque a la capacidad total, pero no estará adaptado para trabajar con condiciones inferiores.